María Teresa Gamarra Rodríguez
El análisis sobre estrategias y herramientas para el Desarrollo viene centrando su atención en la cuestión relativa a la participación real de todos actores implicados como variable necesaria para la pertinencia e idoneidad del impacto de las intervenciones. En la actualidad existe un consenso generalizado sobre la importancia de la participación de los stakeholders en los proceso de desarrollo que se ve plasmada en la propia definición de Desarrollo Humano Sostenible o de los postulados de la Declaración de París, si bien, en la práctica se encuentran diversos condicionantes de tipo político y técnico. Esta tendencia también se ha plasmado en la emergencia de enfoques participativos en la práctica evaluativa que, por su naturaleza política, también implica un trabajo de reflexión conjunta para que el proceso tenga legitimidad y sea de utilidad social (Monnier, 1995).
En este sentido, el aporte de esta investigación está orientado a la construcción y fundamentación teórica de la Evaluación en la Cooperación Internacional al Desarrollo, y su análisis como productora de conocimiento social desde el punto de vista de la mediación social donde los evaluadores, financiadores y otros actores que participan en dicha evaluación ejercen el papel de mediadores sociales, dando lugar a informaciones que son la base de decisiones y acciones. Para ello se ha construido una estrategia teórico-metodológica planteada desde campos de estudio tales como la Evaluación de Políticas Públicas, que aborda el concepto de la Evaluación Participativa sobre el cual han reflexionado autores como Barón y Monnier (2003), con el objetivo de comprender qué elementos caracterizan este tipo de evaluaciones.
El abordaje metodológico que ha guiado esta investigación es un método cualitativo de estudio de caso y las técnicas de análisis de contenido, la revisión de fuentes bibliográficas y documentales, entrevistas semi-estructuradas y observación participante, métodos adecuados para la consecución de los fines descriptivos y exploratorios pretendidos.
Para llevar a cabo el análisis se han tomado en cuenta los Informes de Evaluaciones Finales de Proyectos promovidas por la AECID y las ONGD entre 2000 y 2010 y los manuales de evaluación publicados por la CE en ese periodo. Se ha generado un sistema de categorías para comparar los discursos y prácticas institucionales y la lógica que subyace a ellos en la relación con la participación en la Evaluación Final de Proyectos, lo que ha permitido concluir que se puede enmarcar en lo que Monnier y Barón (2003) denominan evaluación co-producida. Este tipo de evaluaciones se caracterizan por una estructura de producción donde los beneficiarios participan como objetos, siendo los sujetos reales de la Evaluación los gestores, operadores (ONGD y AECID) y el equipo de evaluación.
La Evaluación en el ámbito de la Cooperación Internacional al Desarrollo puede ser definida, desde la Teoría de la Mediación Social, como un sector socialmente reconocido como productor de conocimiento sobre los Proyectos que ejecutan las ONGD financiados por AECID, que opera utilizando procedimientos y técnicas de investigación social aplicada y evaluación cuyo producto son informaciones que constituyen una representación ideológica de la realidad. El enfoque de evaluación que se adopte estará estrechamente relacionado con los procesos de poder y, en consecuencia, juega un papel fundamental en la transformación y la reproducción del sistema, tratando de generar consenso en las visiones del mundo.
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