Las Personas con discapacidad intelectual sufren más problemas de salud que la población general. Además, su dolor puede estar no diagnosticado o infratratado debido a problemas en la capacidad de comunicación verbal y las dificultades de sus cuidadores para interpretar los indicadores conductuales como señal de dolor.
Objetivo: Evaluar la relación entre las características de las personas con discapacidad intelectual, sus cuidadores y el ambiente, y la identificación, el tratamiento del dolor de las personas con discapacidad intelectual y los indicadores de comportamiento utilizados por sus cuidadores.
Método: Se diseñó un estudio multicéntrico transversal comparativo.
Resultados: Se analizaron un total de 132 encuestas. La edad media de las personas con discapacidad fue 42,88 (dt 13,70) años. 41 PDI (31,2%) fueron diagnosticados de Discapacidad Intelectual Grave, 26 (19,7%) Moderada y 15 (11,4%) Leve o no Especificada. De otras 15 (11,4%) personas se desconocía el diagnóstico.
La presencia de dolor se determinó en 29 (22%) IC 95% (14,81-29,13%) de los individuos. Hubo más identificación de dolor en el grupo de personas que mostraban "Retraimiento" OR: 4,39 IC 95% (1,41-13,59) quienes usaron el modelo conductual "Se ve limitado limitado" OR: 3,49 IC 95% (1,28-9,26), mayor número de enfermedades OR: 1,284 IC 95% (1,08-1,52) y parálisis cerebral OR: 7,37 IC 95% (1,61-33,62).
Hubo una mayor proporción de personas con discapacidad intelectual que recibió analgésicos entre los que tenían depresión OR: 11,46 IC 95% (1,22-106,93) y más localizaciones de dolor OR: 1,66 IC 95% (1,07-2,58).
Los Indicadores Comportamentales "Responde a Analgésicos" 63.64% IC 95% (55-72%) y "Expresión Verbal" 49.24% IC 95% (40-57%) fueron los más utilizados. Todos los modelos estaban relacionados con problemas de salud o conductas problemáticas de las personas con discapacidad intelectual. Además, el indicador "Actividad motora" OR: 1,03 CI 95% (1,00-1,07) y "Expresión verbal" OR: 0,95 IC 95% (0,91-0,99) se relacionó con la edad del cuidador.
Conclusiones: La presencia de dolor en personas con discapacidad intelectual y su gravedad estaría subestimada en comparación con la población general. La prevalencia en la administración de analgésicos al PDI es menor que la población general y no siempre se aplica cuando se identifica el dolor.
Muchos patrones de comportamiento están relacionados con problemas concretos de salud física (caries, otitis, problemas de comunicación, etc.) o problemas de salud mental (hábitos repetitivos, conductas destructivas, severidad de conductas problemáticas, etc.).
Palabras claves: Discapacidad intelectual, Dolor, Prevalencia, Analgésicos, Conducta de Enfermedad, Síntomas conductuales.
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