La Organización Mundial de la Salud define el parto prematuro o pretérmino (PP) como aquel que ocurre antes de cumplirse las 37 semanas de gestación, siendo muy prematuro si se produce antes de las 32 semanas, e inmaduro si es antes de 28 semanas. Por el contrario, gestación a término es aquella que ha cumplido las 37 semanas y, será postérmino si dura más de 42 semanas; la duración media de la gestación es de 40 semanas (World Health Organization 1950).
Se considera que el recién nacido tiene un bajo peso al nacimiento (BPN) cuando éste no alcanza los 2500 gramos. Dentro de esta categoría, hablamos de muy bajo peso al nacimiento cuando éste es menor de 1500 gramos, y será extremadamente bajo si no alcanza los 1000 gramos de peso.
Aunque en las últimas décadas la supervivencia de los recién nacidos prematuros ha aumentado espectacularmente, aproximadamente un 20 % de estos niños sufre secuelas importantes, tales como parálisis cerebral, leucomalacia periventricular (precursor histológico de la parálisis cerebral), displasia broncopulmonar, distrés respiratorio, retinopatía de la prematuridad, déficit visual grave o pérdida de la audición. (Hack et al. 1994, Hack et al. 1995, Paquette et al. 1999).
La prematuridad es una de las principales causas de morbimortalidad neonatal y es responsable de un alto porcentaje de secuelas infantiles, sobre todo en edades de gestación muy precoces. (Marret et al. 2007).
En España, la tasa de prematuridad es del 9,5% del total de nacimientos. (González- González NL et al. 2006).
La etiología del parto pretérmino es compleja y multifactorial, en la que pueden intervenir de forma simultánea factores inflamatorios, isquémicos, inmunológicos, mecánicos y hormonales. (Romero R. et al. 2008).
Asimismo, estos niños sufren más infecciones y de mayor gravedad, siendo frecuente el reingreso por infecciones respiratorias bajas (especialmente bronquiolitis) durante el primer año. De hecho, el parto pretérmino constituye la causa principal de morbimortalidad perinatal, así como de discapacidad neurológica a largo plazo (Lorenz et al. 1998).
Actualmente los recién nacidos prematuros suponen más del 60% de los casos de mortalidad neonatal y a ellos se dedica más del 60 % de los costes destinados a la atención sanitaria perinatal.
Los nacimientos de bajo peso suman el 10% del total, y los de muy bajo peso el 1,2 %. La incidencia de PP/BPN no ha disminuido en las dos últimas décadas, y la causa subyacente es habitualmente desconocida (Jeffcoat et al. 2001, Krueger & Scholl 2000, Stevenson et al. 1998, Paquette et al. 1999, Lofthus et al. 1991).
Algunos autores opinan que existe poca evidencia acerca de las causas del PP/BPN, a pesar de los numerosos estudios y revisiones destinados a investigar esta cuestión (Alexander& Korenbrot 1995, Offenbacher et al. 1996).
Sin embargo son varios los factores de riesgo asociados a parto prematuro y/o bajo peso al nacimiento (Tabla 1).
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