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Información, conciencia y realidad. Hacia una visión informacional de la relación entre sujeto y objeto a la luz de la ciencia contemporánea y la filosofía de la no-dualidad

  • Autores: José Velasco Cabas
  • Directores de la Tesis: Luciano Espinosa Rubio (dir. tes.)
  • Lectura: En la Universidad de Salamanca ( España ) en 2016
  • Idioma: español
  • Tribunal Calificador de la Tesis: Ana Arana Navarro (presid.), Reynner Franco (secret.), Rafael Jódar Anchía (voc.)
  • Programa de doctorado: Programa Oficial de Doctorado en Filosofía
  • Materias:
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • Partimos del problema de la fragmentación de la existencia, que implica tanto a las cosas que conforman el mundo como al pensamiento. La fractura fundamental se da entre sujeto y objeto, y se refleja en la separación entre lo individual y lo universal, entre lo material y lo consciente. El objetivo principal de esta investigación es aportar nuevos enfoques respecto al problema de la dualidad sujeto-objeto, que es uno de los puntos de partida incuestionados de Occidente, y tratar de reintegrar al sujeto consciente en una realidad que se ha llevado al extremo de la objetividad. Se ha investigado si lo separado e individual es propio de lo existente o por el contrario las dualidades tienen su origen en el modo de operar de la mente.

      Para abordar estas cuestiones se ha revisado la imagen de la realidad que aporta la ciencia contemporánea en su permanente proceso de avance y a qué límites conceptuales conduce. Como contrapunto y complemento se expone un enfoque actual de la antigua filosofía índica de la no-dualidad (Vedanta Advaita), que asume a la conciencia como base de todo lo existente y considera la no diferenciación (no-dualidad) entre sujeto y objeto como fundamental.

      La revolución conceptual derivada de la física del siglo XX obliga a ver el universo como una totalidad interconectada y fluyente, lo que rompe con el orden cartesiano de cuerpos individuales y autosuficientes. Todas las categorías con que se definía la realidad física (espacio, tiempo, masa, energía, partícula, trayectoria, causalidad, continuidad, etc.) han sufrido un profundo cambio de concepción. La mecánica cuántica ha puesto en cuestión el realismo y el determinismo, y su descubrimiento de que el observador influye en el resultado de la medida ha generado sorpresa entre los científicos: la frontera entre sujeto y objeto se hace difusa. Los hallazgos más relevantes de la termodinámica, la biología molecular, la biología evolutiva, la ecología, la teoría del caos y otras disciplinas muestran una naturaleza llena de fuerzas antagónicas (dualidades), que hay que integrar a través de un pensamiento complejo. Se empieza a poner en cuestión el reduccionismo imperante en biología y los sistemas naturales devienen sujeto, pues son informacionalmente activos y se genera autoorganización. Las neurociencias por su lado destierran al sujeto sustancial y los estudios sobre la percepción delatan que esta es discontinua, al contrario de lo que se suponía. El objeto percibido y el yo parecen ser construidos por el procesamiento de información en el cerebro, lo que deja un vacío ontológico que contradice el más fundamental sentido de la existencia y de lo real. Esto exige la reconsideración de las nociones de conciencia, de mente y de “yo”.

      Todo ello demanda un nuevo modelo de realidad. El trasfondo informacional que impregna la mayor parte de los procesos naturales, incluidos los cerebrales, ofrece una posibilidad inmejorable de integración entre lo objetivo y lo subjetivo a través del concepto de información. La información inunda nuestras sociedades y está presente en todas las ciencias, además es común a sujeto y objeto, por lo que en un capítulo central dentro de la investigación se indaga su naturaleza polimórfica. Pero allende los límites restrictivos de su enfoque computacional y pragmático más extendido, aquí se propone un enfoque diferente: la idea de un continuo infinito de información como base de la realidad.

      En este sentido, la teoría de los campos de cognición y de información de Sesha, basada en la filosofía de la no-dualidad, aporta un modelo cognitivo y metafísico novedoso: tanto la realidad material como la ideal pueden interpretarse mentalmente como campos de información, que pueden ser cerrados o abiertos. Esto ayuda a diluir las dualidades y a tender un puente entre lo diverso y lo indiviso, lo finito y lo infinito, lo físico y lo metafísico. Es un modelo de tipo holográfico en el que información y conciencia son equivalentes y universales. También predice que son posibles diferentes relaciones entre sujeto y objeto (estados de conciencia) más allá de la dual que se suele asumir como única. Estas experiencias cognitivas pueden experimentarse a través de ciertas técnicas meditativas basadas en la continuidad de la atención y comienzan a ser verificadas por las investigaciones neurofisiológicas más recientes.

      En conclusión, todo apunta a que las dualidades son producto de determinadas dinámicas cognitivas que generan fronteras en la información, cuyo resultado es la diferenciación entre sujeto y objeto y la apariencia de un mundo compuesto de cosas individuales. Un modo de cognición basado en una atención sostenida a los eventos que fluyen en el presente modifica la percepción y erradica las fronteras cognitivas entre objetos, y entre sujeto y objeto. Esto da lugar a la experiencia de la no-dualidad, la realidad última a la que se refiere la filosofía perenne. Desde este enfoque se podrían superar algunas de las paradojas generadas por los resultados de la ciencia y dar luz a algunos viejos problemas del pensamiento.


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