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Resumen de La sanidad militar en la guerra de Cuba durante la Primera Republica

Francisco J. Manso

  • Comenzando la investigación sobre la Sanidad Militar en la Guerra de Cuba durante la I República, poco a poco fue apareciendo en el horizonte, no como un hecho aislado sino como un factor más de la degradación socio-política-económica de la Isla en particular y de la Península en general.

    Es notorio que el “Grito de Yara” es prácticamente simultáneo a la Revolución de 1868. En el corto espacio de seis años, la policía peninsular va a sufrir unas convulsiones como jamás había padecido: un destronamiento, un Gobierno Provisional, una coronación, una abdicación, una República Federal, una República unitaria y una nueva coronación.

    El General Pieltain es el primer Capitán General nombrado por el Gobierno de la I República. Durante su mandato tienen lugar tres guerras civiles: la sublevación carlista, las cantonales y la insurrección cubana. Le sucede el General Jovellar.

    Volcado el Gobierno en la resolución de los problemas internos, el problema cubano queda momentáneamente soslayado. Durante el mando del general Pieltain se suceden hasta cuatro ministros de Ultramar. Durante esta etapa crítica, una institución comienza a tomar las riendas del proceso político: El Ejército.

    Esta institución –siempre escasa de medios va a asumir el proceso de sutura de una España rota.

    El comportamiento del Ejército y de sus servicios sanitarios a lo largo de la campaña puede decirse que estuvo presidido por el abandono casi constante en que se le mantuvo por parte de la Metrópoli. Y este abandono no se tradujo únicamente en el envío de muy escasos efectivos, así como en la deficiencia de pagas, sino también por una falta de compresión por parte de los políticos hacia las necesidades de unos hombres que luchaban lejos de su patria en unas condiciones frecuentemente inhumanas. El Ejército fue vencido por la distancia, por el abandono, la indiferencia, el hambre, las enfermedades, la pobreza, más que por la fuerza de armas.

    Durante esta época el Ejército se encontró desasistido como nunca de medios materiales y sufrió más que en otras ocasiones las consecuencias de una deficiente organización y de su intervención activa en los sucesos políticos del país.

    Durante el año 1873, además del crónico déficit presupuestario, la situación se encuentra agravada por la terrible inflación que supuso la emisión de 8.000.000 de pesos por el Banco Español de La Habana, sin respaldo del patrón oro.

    La dieta alimenticia era irrisoria, lo que obligaba a los soldados a vivir sobre el país. Las comunicaciones, el clima, la vegetación, la manigua, las enfermedades, etc… constituían problemas casi insalvables para nuestras tropas.

    La situación sanitaria fue realmente caótica. Los hospitales albergaban tanto a la población civil como a la población militar. Dentro del estamento militar oficiales y clases de tropa estaban separados. Aunque las tasas de incidencia eran prácticamente iguales, las tasas de mortalidad eran tremendamente superiores en estos últimos dado su hacinamiento, su peor atención y su escasa alimentación. Las escasas medidas sanitarias adoptadas por Pieltain trajeron como consecuencia una importante disminución de la tasa de mortalidad entre las tropas.

    La Guerra de Cuba ni la ganaron los EEUU ni los cubanos: la perdió España.

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