A menudo se identifica la pregunta práctica fundamental, esto es, la pregunta ¿Qué hago? o ¿Qué debo hacer? que brota en los procesos de deliberación conscientes, con la pregunta ética ¿Qué debo moralmente hacer?, lo que incita a creer que la ética es una disciplina práctica. Sin embargo, tenemos muy buenas razones para pensar que no es así. Lo que defiendo en Acción, moral y derecho es que la ética o bien no responde a la pregunta práctica fundamental o bien es redundante. En cualquier caso, la ética carece de relevancia práctica. Esto es cierto incluso en el ámbito del derecho positivo. Concluyo, a pesar de todo, que, debido a que millones de personas recurren al lenguaje ético y moral, es mejor continuar empleándolo, aunque, eso sí, sin comprometerse con su ontología.
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