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El uso ideológico de Dante Alighieri en Cataluña (1889-1921)

  • Autores: Patrícia Gómez Soler
  • Directores de la Tesis: Luciano Formisano (dir. tes.), Francisco Chico-Rico (codir. tes.)
  • Lectura: En la Universitat d'Alacant / Universidad de Alicante ( España ) en 2013
  • Idioma: español
  • Tribunal Calificador de la Tesis: Francisco Chico-Rico (presid.), Luciano Formisano (secret.), Annamaria Annicchiarico (voc.)
  • Materias:
  • Enlaces
    • Tesis en acceso abierto en: RUA
  • Resumen
    • El interés que Dante Alighieri suscitó en Cataluña entre 1889 y 1921 justifica el objeto de este trabajo: la recepción y el uso ideológico de la obra y del poeta florentino que llevaron a cabo cuatro autores catalanes, José Daurella y Rull (1864-1927), Antoni Rubió i Lluch (1856-1937), Ramon d’Alòs-Moner (1885-1939) y Josep Carner (1884-1970), y que emergen de las manifestaciones dantescas que tuvieron lugar en Cataluña con motivo del VI centenario de su muerte (1321-1921).

      En 1889 Antoni Rubió i Lluch pronunció su discurso El Renacimiento clásico en la literatura catalana en la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona. En él que se ocupaba del periodo de mayor esplendor de la literatura catalana y reivindicaba el valor de la misma; y, a la eficacia de esta reivindicación contribuía el hecho de que podía contar con la precoz influencia de los precursores del Renacimiento italiano, el primero de ellos Dante. En función de la valorización de la literatura catalana, Dante era propuesto como el primero de los autores renacentistas al recuperar la consideración y la veneración por los clásicos (Gavagnin, 2005: 99), abriendo paso al verdadero clasicismo. A partir de este planteamiento se fundamentaron parte de las consideraciones dantescas de las primeras décadas del siglo XX y del VI centenario de la muerte del poeta. Y de ahí la elección del año 1921.

      El trabajo sigue el método histórico-descriptivo y se articula según una macroestructura cronológica y ambiental: los dos primeros autores, José Daurella y Rull y Antoni Rubió i Lluch, pertenecían a la misma generación y al ámbito universitario, mientras que Ramón d'Alòs-Moner y Josep Carner, coetáneos, desarrollaban su actividad exclusivamente en entidades y órganos culturales paralelos a la universidad oficial.

      José Daurella y Rull (1864-1927) era catedrático de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Barcelona. Su único estudio dantesco fue su Discurso Inaugural leído en la apertura del curso académico de 1896 á 1897 ante el claustro de la Universidad de Barcelona en el que manifestaba su consideración de Dante Alighieri como el mayor poeta universal en cuanto poeta escolástico-tomista. Tanto el objeto del discurso, la filosofía de Dante, como la bibliografía utilizada fueron elegidos siguiendo su propósito de demostrar a ultranza que la filosofía de Dante era la filosofía tomista y, a este propósito, hay que considerar la gran difusión que alcanzó el neoescolasticismo, y en particular el neotomismo, en las últimas décadas del siglo XIX y a principios del siglo XX en Europa (recordemos la encíclica de León XIII Aeterni Patris Filius de 1879, que supuso el apoyo definitivo a su restauración). Cuando Daurella pronunció el discurso durante las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX la Universidad de Barcelona se encontraba en una situación de total desprestigio. Además de la desnaturalización cultural y de la índole burocrática que la caracterizaba, su desprestigio era consecuencia de la actitud indiferente de buena parte de los catedráticos ante las corrientes de pensamiento que se difundían en Europa que eran distintas del neoescolasticismo o de algunas de sus variantes; indiferencia que contrastaba con la atención a Europa de un cierto sector de los intelectuales y literatos catalanes, sensibles a la causa catalana. Si bien la mayoría de los catedráticos era conservadores y católicos, los menos radicales tenían una posición moderada. No fue el caso de Daurella. El objetivo de su discurso era el de convencer a toda costa de que Dante Alighieri era poeta-filósofo tomista y realizaba una crítica iracunda a intérpretes como Foscolo, Rossetti, Aroux o a otros más moderados, como Florenzi Waddintong. Pero si bien la critica dantesca del ochocientos contaba con la línea laica, que Daurella no podía aceptar de ninguna manera, también había una crítica católica que se caracterizó por el aspecto filosófico-religioso. Sin embargo, Daurella ni siquiera se adhería a la tendencia católica de la crítica dantesca; se inscribía en las lecturas integristas más intransigentes y utilizó la figura del poeta italiano para avalar su ideología neoescolástico-tomista radical y anacrónica mediante la identificación entre el criterio moral y el criterio estético en la valoración de una obra de arte.

      Antoni Rubió i Lluch (1856-1937) fue profesor de Literatura Española en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Barcelona, pero su aunténtico magisterio tuvo lugar principalmente en el ámbito cultural paralelo a la universidad, en los Estudis Universitaris Catalans. Fue, además, el primer presidente del Institut d'Estudis Catalans. La recepción o consideración de Dante por parte de Rubió se manifestó a lo largo de su vida a través de diversos estudios y actividades. El primero de ellos fue su discurso de 1889 El Renacimiento clásico en la literatura catalana al que ya hemos aludido. La recepción y el uso ideológico de Dante como influencia de prestigio y de valor en la antigua literatura catalana se manifestó en sus estudios de historiografía literaria catalana, como la introducción de su edición de Curial i Güelfa, su Discurso inaugural en la Universidad de Barcelona sobre los caracteres que distinguen la antigua literatura catalana y su Sumario de literatura española, los tres de 1901, y entre finales de 1920 y los primeros meses de 1921, en sus conferencias dantescas del Institut de Cultura y Biblioteca Popular de la Dona y, sobre todo, en las de los Estudis Universitaris Catalans. Desde esta lectura también hay que interpretar la propuesta que Rubió i Lluch realizó en la sesión del 11 de diciembre de 1919 de la Secció Històrico-Arqueològica: que dicha sección conmemorase el VI centenario de la muerte de Dante Alighieri. Además de la importancia que en sí mismo tenía el estudio de la influencia dantesca en la antigua literatura catalana, Rubió utilizaba la figura del Alighieri en función de la valorización de la antigua literatura catalana y dicha valorización iba más allá del interés por la reconstrucción del pasado de Cataluña; estaba orientada al reconocimiento de un estatus de la literatura catalana par al resto de las literaturas europeas y, en consecuencia, estaba orientada a la entrada legítima de su estudio en el ámbito académico oficial. Esto no significaba un rechazo de la cultura española; lo prueba, ateniéndonos al tema que nos concierne, el hecho de que realizase manifestaciones dantescas tanto en catalán como en castellano. Recordemos, por ejemplo, la versión en castellano del soneto IX de la Vita Nuova, «Spesse fiate vegnonmi a la mente» y su versión catalana del soneto XXI «L'amaro lagrimar che voi faceste», su versión castellana de un fragmento de «E m'incresce di me sì duramente» de Rime, o el estudio en catalán sobre El sentiment poétic de la musica en el Dante i en fra Lluis de Leon. Y también lo demuestra en otro orden de importancia, por tratarse sólo de una cita, su discurso Del nombre y la unidad literaria de la lengua catalana pronunciado el 23 de marzo de 1930 con motivo de su ingreso en la Real Academia Española. Por otra parte, las traducciones dantescas de Rubió reflejaban su admiración por Dante en cuanto poeta, admiración que también quedaba reflejada en sus estudios o actividades dantescas. La labor erudita de Rubió y su empeño en pro de una reconstrucción cultural, resultaron determinantes para la cultura catalana tal y como demuestran sus estudios y el hecho de que muchos de sus discípulos más cercanos se revelasen nombres de excelencia de la cultura catalana.

      Ramon d'Alòs-Moner (1885-1939) fue uno de ellos. Con él se formó como estudioso de literatura medieval en la universidad y sobre todo en los Estudis Universitaris Catalans. D’Alòs ya pertenecía a las generaciones sucesivas que sustituirían a los primeros miembros del Institut d’Estudis Catalans y que creían posible una auténtica normalización de la cultura catalana en todos los ámbitos. La producción dantesca de Ramon d’Alòs se inscribe en la conmemoración de 1921 y se ubica en su mayor parte en el ámbito histórico-filológico, aunque también llevó a cabo trabajos de carácter divulgativo. En 1921 publicó «De la primitiva traducció catalana de la Divina Comèdia», «Del retrat del Dant», «Dant Alighieri», «Topografia i distribució de les ànimes en l’altre món segons la Divina Comèdia», «En Gaietà Vida i Valenciano traductor català del Dant», «Nota sobre un manuscrit dantesc» y «Fra Joan Pasqual. Comentarista del Dant», además de una reseña sobre la traducción del Infern y del Purgatori de Narcís Verdaguer i Callís, en 1922, y otra sobre el centenario dantesco en Cataluña, en 1931. Pero a sus publicaciones dantescas hay que añadir su contribución a las conferencias dantescas de Rubió i Lluch en los Estudis Universitaris Catalans y en el Institut de Cultura de la Dona y, además, las conferencias divulgativas que realizó en la Biblioteca de Canet de Mar y en la Biblioteca de Pineda, de las cuales no teníamos noticia. Por otra parte, la correspondencia de d’Alòs relativa al centenario dantesco que hemos podido manejar testimonia la intensa labor de coordinación y organización de muchas de las manifestaciones que tuvieron lugar en aquella ocasión y, además, la gran labor de difusión en Italia de la producción dantesca que se llevó a cabo en Cataluña con motivo del centenario el cual, sobre la base de la antigua literatura catalana y de que el catalán contase con la primera traducción en verso de la Divina Comedia, se constituyó como un buen pretexto para promover las relaciones con eruditos e intelectuales italianos en vista al aumento del prestigio internacional de Cataluña. Pero más allá del gran beneficio cultural que Cataluña podía obtener a través de la figura dantesca y por el cual d'Alòs trabajó intensamente, Dante se convirtió en uno de los principales objetos de estudio de Ramon d'Alòs. Josep Carner (1884-1970) publicó el texto homenaje «Dant Alighieri per als catalans» el año 1921 en el monográfico dantesco, número 49, de Quaderns d'Estudi. Además, realizó la versión de diversos sonetos de la Vita Nuova, llevó a cabo glosas o citas eruditas que se encuentran esparcidas en su obra, así como una conferencia sobre la conmemoración dantesca en la que se ocupaba de la obra del poeta italiano y de su relación con el movimiento literario de Cataluña. Si bien el interés reside en el monográfico de Quaderns en cuanto tal, pues era una revista de marcada ideología era editada por el Consell d'Investigació Pedagògica de la Diputació de Barcelona, órgano de la Mancomunitat, la importancia de «Dant Alighieri per als catalans» es evidente ya que el hecho de que la revista se abriese con el homenaje carneriano a Dante refleja el prestigio y la fama de Josep Carner en la época. No es un estudio específico sobre algún aspecto del poeta italiano o de sus obras, sino un breve homenaje cuya finalidad inmediata es introducir la publicación dedicada a la conmemoración de la muerte de Dante Alighieri de 1921. Sin embargo, en el breve texto, y a través de la figura del poeta italiano, Carner condensaba todos los aspectos esenciales del programa cultural del catalanismo conservador.

      El último capítulo trata de la recepción y del uso ideológico de Dante que se llevó a cabo en las manifestaciones que tuvieron lugar en Cataluña con motivo del centenario dantesco. La sorprendente eclosión que alcanzó en Cataluña fue el resultado de la convergencia de iniciativas provenientes de diversos sectores de la cultura y de la intelectualidad del área catalana, como el sector que se adhería a la política cultural mancomunitaria, el sector que se caracterizaba por un catalanismo tradicional, los órganos y plataformas religiosas que respondieron al reclamo dantesco de la encíclica In praeclara summorum del 30 de abril de 1921 o, en otro orden de cosas, las iniciativas que promovió el comité barcelonés de la Società Nazionale Italiana Dante Alighieri.

      Ahora bien, la sorprendente eclosión que alcanzó en Cataluña la conmemoración del VI centenario de la muerte de Dante Alighieri tuvo lugar principalmente gracias a la gran cantidad de manifestaciones dantescas que corrieron a cargo de intelectuales, artistas y eruditos que se movían en torno al Institut d'Estudis Catalans o eran afines a su política cultural catalanista. Basta recordar los numerosos artículos y estudios dantescos publicados en plataformas periódicas, como La Revista, Quaderns d’Estudi, D’Ací D’Allà o el diario La Veu de Catalunya e, incluso, la revista Estudios Franciscanos; la publicación del volumen de Jaume Ferrer de Blanes; las diversas conferencias que tuvieron lugar, como las de Rubió i Lluch y Ramón d'Alòs en los Estudis Universitaris Catalans y en el Institut de Cultura de la Dona, las llevadas a cabo por Josep Carner, Bordoy-Torrents, Nicolau d'Olwer, Manuel de Montoliu, Morera i Galícia o las de d'Alòs y el sacerdote Tarré en la Biblioteca Popular de Canet de Mar; o el importante evento celebrado por la asociación Amics de la Poesia. Una cantidad semejante de manifestaciones no podía ser espontánea; fue programada, tal y como lo demuestran diversas actas de las sesiones de la Secció Històrico-Arqueològica y de la Secció Filològica del Institut d'Estudis Catalans. Y no hay que olvidar que, a las actas, se suman los apuntes de Ramon d’Alòs relativos a los proyectos dantescos. Así, los intelectuales catalanes que orbitaban en este ámbito cultural paralelo a la universidad y estrechamente ligado a la Mancomunitat organizaron numerosas manifestaciones que, si bien mostraron diferentes lecturas de la obra y de la figura de Dante Alighieri "lecturas de carácter histórico-literario, filológico-textual, filosófico-religioso, doctrinal, o bien estético" obedecieron a un estímulo político-cultural nacionalista. La producción dantesca atribuible a este ámbito, además de ser numerosa, contó con las aportaciones más novedosas y más importantes por suponer una real contribución para el dantismo catalán.

      La primera consideranción que emerge de los documentos tratados es que el papel que tuvieron los intelectuales y eruditos que orbitaban en torno al Institut d'Estudis Catalans, es decir, una entidad no universitaria, en la recepción de Dante en Cataluña en aquel periodo, y de manera particular en la conmemoración del VI centenario de la muerte de Dante Alighieri, fue crucial. El centenario dantesco, gracias a la simbiosis que en aquellos momentos existía entre los eruditos e intelectuales catalanes y la política, fue utilizado como ocasión para promover la recuperación de la identidad catalana y, al tiempo, para promover la internacionalización de Cataluña.

      Pero de los documentos tratados emerge otra cuestión: no todas las lecturas dantescas que tuvieron lugar en Cataluña entre 1889 y 1921 corresponden a la faceta más conocida del dantismo catalán en este periodo, faceta que no hay que olvidar que corrió a cargo de un sector de la cultura y de la intelectualidad catalana externo a la universidad. Hubo otras manifestaciones que se inscribían en el ámbito académico universitario y que quedaron bien lejos de las anteriores por concebir a Dante Alighieri desde un integrismo religioso descatalanizado; manifestaciones que testimonian, además, el peso que la corriente neoescolástica tuvo en el área catalana durante las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX, influyendo, con diferente tono y orientación según la posición político-cultural del autor, en la recepción dantesca que tuvo lugar en Cataluña.

      El objetivo más inmediato es, pues, entender la recepción y el uso ideológico de Dante Alighieri que llevaron a cabo José Daurella y Rull, Antoni Rubió i Lluch, Ramon d’Alòs-Moner y Josep Carner, y que emergen de las actividades y publicaciones catalanas que tuvieron lugar con motivo del centenario dantesco de 1921 de las que hemos tenido noticia; y, de manera más general, que el trabajo pueda constituirse como un contributo para una visión más completa de la recepción y del uso ideológico de Dante en Cataluña en el periodo tomado en consideración y como un cotejo de materiales útiles para una mayor compresión del dantismo catalán; fenómeno que trascendió el ámbito de las relaciones literarias italo-catalanas.


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