El hecho de la ruptura matrimonial es un suceso que, en la actualidad, afecta a un gran número de adultos y niños, siendo descrito como un proceso que tiene el potencial de afectar la vida de las personas y poner en marcha una cadena de acontecimientos y cambios económicos, sociales, personales y familiares que hacen que se perciba más estrés que en el momento anterior.
Teniendo en cuenta esta realidad, el presente estudio surge al plantearse la necesidad de medir el impacto de la ruptura en la mujer y su alcance en el desarrollo psicosocial de los hijos.
Las investigaciones previas han observado y analizado la relación entre diversas variables que podrían incidir en el ajuste de los diferentes miembros de la familia a la ruptura. En el tema que nos ocupa, se estudian variables como la edad y el sexo en el caso de los hijos, y para las madres, el nivel socioeconómico y cultural, el nivel de conflicto con la expareja, la autoestima, el rol de iniciadora de la separación, el tiempo transcurrido tras la ruptura y la red de apoyo social disponible.
En esta investigación analizamos cómo estas variables influyen en el proceso de adaptación, sobre todo de los niños, e incluimos dos variables que han sido relevantes en este tema, a saber, la relación entre los rasgos de la personalidad normal de la madre y la presencia de sentido en su vida con la presencia de dificultades psicosociales en sus hijos. Estas dificultades psicosociales se concretan en la presencia de sintomatología externalizante e internalizante, propia de trastornos como la ansiedad generalizada, la ansiedad de separación, el trastorno depresivo, el negativista desafiante o el disocial.
De esta manera, en cuanto a la estructura propiamente dicha, esta tesis presenta una primera parte teórica que incluye cuatro epígrafes. Los dos primeros se dedican a la revisión del concepto de familia y de ruptura familiar respectivamente, teniendo en cuenta las corrientes teóricas y los autores más relevantes. Los dos epígrafes restantes profundizan en la vivencia que, tanto la mujer como los hijos, tienen de la ruptura familiar. Como ya se ha comentado con anterioridad, en cuanto a la vivencia de la mujer, se analiza la influencia de este acontecimiento en su autoestima y su sentido de vida, y se describen las variables que pueden actuar como mediadoras del impacto de la ruptura en el bienestar de las madres. Respecto a los hijos, se describen las funciones fundamentales del grupo familiar en su desarrollo global y se profundiza en la etiología del desajuste experimentado por ellos a raíz de la ruptura de los padres. Asimismo, se recopila el tipo de dificultades psicosociales que pueden aparecer en los menores.
El segundo núcleo de nuestra tesis, está dedicado a la exposición del trabajo empírico. Esta segunda parte se describe el planteamiento metodológico: objetivos e hipótesis planteadas, descripción de la muestra, instrumentos de evaluación utilizados y procedimiento y análisis de los datos. Se ha evaluado una muestra de mujeres separadas y mujeres casadas con hijos menores entre 1 y 17 años, residentes en la Comunidad Valenciana, con el fin de poder contrastar las puntuaciones que ambos colectivos obtenían en las diferentes variables analizadas.
A priori, las hipótesis planteadas esperaban hallar puntuaciones más bajas en autoestima y sentido de vida en el grupo de mujeres separadas, en comparación con el grupo de mujeres casadas, así como mayores puntuaciones en sintomatología de dificultades psicológicas en los hijos del primer grupo, frente a los del segundo grupo, debido a que la ruptura familiar es un estresor añadido al que únicamente la población del primer grupo tiene que hacer frente. Por otro lado, las hipótesis elaboradas exclusivamente para el grupo de mujeres separadas, describían la posible relación entre las variables moduladoras, anteriormente descritas, con las puntuaciones en autoestima y sentido de vida. Finalmente, se han buscado las variables de la madre que pueden actuar como buenas predictoras del ajuste de los hijos, o como factores de riesgo, ante la ruptura matrimonial de sus padres.
Los resultados obtenidos muestran que no existen diferencias significativas en autoestima y sentido de vida entre los grupos evaluados, mujeres separadas y casadas, ni en relación al tiempo transcurrido tras la ruptura y al rol de iniciadora de la misma, para el grupo de mujeres separadas. En cuanto la presencia de dificultades psicosociales en los hijos, en función del grupo al que pertenecen, existe una presencia significativamente mayor de sintomatología del trastorno de ansiedad por separación y el trastorno depresivo en hijos de mujeres separadas.
En cuanto a la relación entre las variables de la madre y la presencia de dificultades en los hijos, se pueden localizar las que predicen un mejor ajuste en los hijos para ambos grupos. Así, en el caso de sintomatología externalizante, las variables que actuarían como factor de protección serían, para los hijos de mujeres casadas, ser hija. Para los hijos de mujeres separadas, ser mujer también sería un factor protector, así como variables especiíficas de la madre como su presencia de sentido de vida. Las variables que se han mostrado como posibles factores de riesgo para el ajuste de los hijos sería, para el grupo con madres casadas, la edad, teniendo más riesgo los hijos más mayores. En el grupo de hijos de madres separadas, el autocontrol de la madre podría dificultar el ajuste de los hijos.
En cuanto a los trastornos internalizantes, las variables protectoras para el ajuste de los hijos de mujeres casadas son, en primer lugar, el nivel socioeconómico y cultural, ya que un mayor estatus se relaciona con menor presencia de sintomatología internalizante. Por otro lado, la presencia de sentido de vida materno y el rasgo de personalidad de dureza, también facilitan el ajuste de los hijos ante este tipo de dificultades del estado de ánimo. En los hijos de mujeres separadas, en este orden de significación, tener una madre extravertida y con presencia de sentido vital, son las variables que con más importancia predicen el ajuste. Asimismo, se observa en las hijas de la muestra una menor prevalencia de dicha sintomatología y el rasgo de personalidad de dureza en la madre beneficiaría a los hijos. Las variables que podrían actuar como factores de riesgo o pobres predictoras de ajuste son, para los hijos de mujeres casadas, la edad, cuanto más mayores más riesgo de problemas internalizantes. También una personalidad ansiosa en la madre facilitaría que los hijos mostraran los mismos síntomas del estado de ánimo. Lo mismo ocurre para el grupo de hijos de madres separadas, pero en orden inverso de importancia, siendo más influyente la ansiedad maternal que la edad de los hijos.
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