Desde el punto de vista antropológico el ¿corazón¿ hace referencia a la intimidad de la persona. Sólo en los seres personales es posible hablar de intimidad o de vida interior.
El ¿corazón¿ puede referirse a sentimientos ¿ temor, angustia, lástima, compasión, aflicción etc. ¿ que pueden ser más o menos superficiales, o bien estar profundamente arraigados en la interioridad del ser humano. Pero también puede ser una expresión de la totalidad de la persona, como ocurre cuando el ¿corazón¿ se identifica con la conciencia, con el alma o con el amor.
Esta Tesis pretende una aproximación al concepto del ¿corazón¿ en el contexto de la Antropología Cristiana.
Mucho antes que en la Filosofía, el concepto de ¿corazón¿ ¿ núcleo de la interioridad de la persona ¿ nace en el pueblo de Israel. El estudio se inicia, en consecuencia, con su consideración en la Sagrada Escritura.
Es también obligada una referencia, necesariamente breve, a la Filosofía Clásica. El intelectualismo característico del pensamiento greco-romano ha influido decisivamente en la Antropología Cristiana, durante siglos.
En una segunda parte, se han elegido dos figuras sobresalientes: San Agustín que, sin duda, ocupa la cúspide del pensamiento cristiano en el primer milenio, y Blaise Pascal que desarrolla su pensamiento en una época en que la expansión del racionalismo parecía imparable en toda Europa.
En tercer lugar, se analizan tres figuras del siglo XX, claros exponentes del pensamiento cristiano reciente sobre el ¿corazón¿.
A partir del siglo XIX el ¿corazón¿ adquiere una especial relevancia en corrientes como la fenomenología, el pensamiento dialógico o el personalismo. Autores como Hildebrand, Stein, Haecker, Guardini, etc. ven el ¿corazón¿ como una tercera potencia espiritual del ser humano, una potencia diferenciada de la inteligencia y de la voluntad, pero al mismo nivel que ellas. Se ha elegido a Dietrich von Hildebrand por su profundidad al analizar el concepto del ¿corazón¿, la interioridad del ser humano y su capacidad de amar, en absoluta conformidad con el pensamiento cristiano.
San Josemaría Escrivá requiere una singular consideración. La trascendencia de su espiritualidad sobre la santificación del trabajo ordinario, así como sus enseñanzas sobre la participación de los laicos en la vida de la Iglesia, en el mundo del trabajo y en el conjunto de la sociedad, lo justifican plenamente. El estudio se centra sobre el ¿corazón¿ y la unidad de vida que propone para el cristiano.
Por último, se analiza la figura de San Juan Pablo II, cuya influencia sobre la vida de la Iglesia y del mundo, en el contexto histórico de finales del siglo XX y en la perspectiva del siglo XXI, le confieren una dimensión excepcional. En este caso, el estudio se centra sobre el ¿corazón¿ y la unidad de la persona, tan característica en su pensamiento.
Como conclusión, se recogen tres Tesis que, en mi opinión, han marcado el pensamiento cristiano sobre el ¿corazón¿: - Tesis I. La interpretación intelectualista del ¿corazón¿, que en base a la primacía de la inteligencia y de la voluntad, como potencias espirituales del hombre, relega la vida afectiva a una dimensión inferior.
- Tesis II. El ¿corazón¿ como tercera potencia espiritual, en el mismo plano que la inteligencia y la voluntad, tradicionalmente consideradas como las potencias superiores del hombre.
- Tesis III. El ¿corazón¿ raíz y síntesis de todas las potencias del ser humano.
Por último, se consideran brevemente algunas virtudes en cuyo desarrollo se fundamenta una propuesta de educación del ¿corazón¿.
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