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Resumen de Caracterización y significado ambiental de depósitos tobáceos neógenos en la cuenca del Ebro. Comparación con ambientes cuaternarios

Marta Vázquez-Urbez

  • En este trabajo se han caracterizado las formaciones tobáceas que se generaron durante las fases finales del relleno en el sector centro-occidental de la Cuenca del Ebro (Muela de Borja) con el objetivo de establecer las condiciones paleoclimáticas y paleogeográficas que condujeron al desarrollo de esos depósitos. La comparación de estos sistemas tobáceos neógenos con otros similares cuaternarios formados por los ríos Piedra y Mesa (sector central de la Cordillera Ibérica) ha permitido completar su estudio sedimentológico y mejorar la comprensión de los procesos acaecidos durante su generación.

    En el sector de Borja-Tarazona se han reconocido tres unidades genéticas neógenas (T6, T7 y T8) en el intervalo Aragoniense medio-Turoliense? Para el conjunto T6+T7 se propone un sistema lacustre somero con orlas palustres al que llegarían desde el suroeste y oeste importantes aportes terrígenos aluviales; existe además un sistema fluvial de procedencia norte y noroeste que al desembocar en las áreas lacustres formaría pequeños deltas. El paso a la unidad T8 supone un cambio drástico en las condiciones de sedimentación con la implantación de un sistema fluvio-lacustre carbonatado. Las áreas lacustres estarían bordeadas en sus márgenes sur y oeste por una red de canales oncolíticos y zonas palustres asociadas.

    Los datos geoquímicos (elementos traza e isótopos estables) señalan que las facies carbonatadas de las unidades T6+T7 se producirían en un sistema donde el agua evolucionaría, debido a procesos de evaporación, hacia la concentración en elementos traza y también en los isótopos más pesados, pero con tiempos de residencia no muy altos. En la unidad T8, los datos isotópicos apuntan a un sistema hidrológicamente abierto.

    Los depósitos tobáceos Cuaternarios generados por el sistema Piedra-Mesa se generaron principalmente durante los MIS 5 y 7. Su comparación con las tobas de la unidad T8, ha permitido constatar la existencia de notables diferencias en las condiciones de sedimentación: -- La unidad T8 se relaciona con un sistema fluvio-lacustre carbonatado amplio, con una red de canales de gran movilidad lateral y pendiente suave y uniforme hacia un cuerpo lacustre situado al este. La facies más significativa sería la de Calizas oncolíticas. Sobre una incisión basal tapizada con detríticos, la sedimentación tobácea se produce en aparente continuidad hasta el techo de la unidad, incluyendo localmente aportes terrígenos laterales de carácter aluvial proximal esporádicos y catastróficos.

    -- Los depósitos tobáceos fósiles de los ríos Piedra y Mesa se formarían en un sistema fluvial escalonado, con saltos y represamientos, pero de amplitud lateral restringida. Facies exclusivas de este sistema son las Calizas de briofitas y las estromatolíticas. En este caso, se reconocen repetidos episodios de incisión que separan etapas de agradación, iniciadas con depósitos detríticos y continuadas con tobas. Los aportes laterales se reducen a deslizamientos y desplomes de laderas.

    La evolución climática durante el Mioceno medio-superior en el sector de Borja-Tarazona sería hacia un clima más frío y húmedo, pero con una etapa más árida alrededor del límite T7-T8.

    La existencia de depósitos tobáceos similares a los de T8 en la Cuenca del Ebro y en el margen ibérico de la cuenca, de probable edad Mioceno superior, permite plantear que estos sistemas se formasen en momentos próximos en las distintas cuencas fluviales que desaguaban hacia la Cuenca del Ebro, al ser drenados los acuíferos carbonatados de la Cordillera Ibérica. Esta situación implicaría una incisión generalizada de la red fluvial, resultado de la apertura de la Cuenca del Ebro hacia el Mediterráneo.

    No obstante su carácter abierto, el sistema fluvio-lacustre carbonatado en que se originó T8 se desarrolló en una depresión relativa, limitada al sur y al norte por relieves próximos que suministraban, durante instantes concretos, aportes de carácter aluvial proximal. El relieve septentrional, además, actuaría como umbral que aislaría el área de la Muela de Borja del sistema fluvial axial de la Cuenca del Ebro, ya exorreica. Otros relieves al este cerrarían el área de la Muela de Borja permitiendo la formación de las facies lacustres. Se propone como hipótesis más factible para la generación de dicho umbral una suave deformación de la cobertera terciaria consecuente al movimiento de un cabalgamiento ciego al norte del área estudiada, posiblemente relacionado con el accidente complejo denominado Falla Nor-ibérica. Por tanto, al igual que en el frente Cameros-Demanda, un momento de actividad tectónica compresiva se manifestaría, también en este sector del margen ibérico, al inicio de la unidad T8.


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