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Resumen de La intención emprendedora de los alumnos universitarios de dirección de empresas

Carlos Pérez Rivero

  • Según Audretsch et al. (2004), el crecimiento económico, la creación de empleos y la competitividad en los mercados globales es impulsado en gran medida por una sociedad emprendedora y del conocimiento.

    Desde hace años se viene estimulando la actividad emprendedora de las personas como vía fundamental para el desarrollo de los países, el autoempleo y la creación de riqueza. Los gobiernos han invertido ingentes cantidades de recursos para desarrollar la capacidad emprendedora de sus ciudadanos. No siempre este esfuerzo ha sido intencionado, pues en ocasiones ha respondido más a una necesidad relacionada con la moda que con la creencia real en esta actividad.

    El 28 de septiembre de 2013 se publicó la Ley 14/2013, de 27 de septiembre, de apoyo a los emprendedores y su internacionalización. Mediante esta ley se han estructurado en documento único una serie de iniciativas que se han venido aplicando por las diferentes administraciones para estimular el emprendimiento en España. La ley abarca desde el fomento y educación hasta medidas que facilitan la creación y desarrollo de empresas por parte de los emprendedores.

    Numerosas universidades han venido desarrollando contenidos e iniciativas orientados a promover el espíritu emprendedor entre sus alumnos, estimular el emprendimiento como alternativa de empleo y la creación de empresas de base tecnológica. Diversos investigadores han indicado en sus estudios el considerable aumento en el número e importancia de los programas de emprendimiento en el mundo académico (Flinke y Deeds, 2001; Kolvereid y Moen, 1997; Lüthje y Franke, 2002; Vesper y Gartner, 1997).

    El modelo educativo debe pretender la formación de personas altamente capaces, con una clara conciencia del entorno económico y social en el que se desenvuelven, con especial énfasis en el desarrollo de su espíritu y habilidades de emprendedores creativos, con un enfoque hacia la generación de ideas innovadoras y con un alto grado de tecnología, en pocas palabras: líderes en la sociedad (Alcaraz, 2006).

    Según un reciente estudio llevado a cabo también por la Comisión de las Comunidades Europeas (2008), realizado en 664 instituciones europeas de Educación Superior en el que se analiza el estado de la educación emprendedora en este nivel educativo, se concluye, entre otras cosas, que: más del 50% de estudiantes de ese nivel educativo no logran acceder a ningún tipo de acción relacionada con el desarrollo del espíritu emprendedor; existe muy poca cooperación entre las instituciones para intercambiar buenas prácticas; y la mayoría de las universidades destinan menos de 50€ al año por cada alumno en el fomento del espíritu emprendedor.

    En España ha habido una tendencia creciente al desarrollo de programas de creación de empresas desde la universidad. Ya en el año 2003 los 37 programas de creación de empresas en funcionamiento, significaban un 54,4% de universidades españolas con programas de este tipo operativos (Dalmau, Alonso y Colomer, 2003). Estos mismos autores señalan que a pesar del avance, la formación de nuevos empresarios, sigue siendo una materia residual y metodológicamente pobre a la que se presta poca atención desde la universidad española. En el 2012 el número de universidades con programas específicos para desarrollar el emprendimiento ascendía a 79 universidades españolas públicas y privadas .

    El proceso de emprendimiento es un proceso amplio que tiene como base a toda la sociedad, desde la cual van surgiendo personas con ideas y potencial para emprender y que pueden tomar la decisión de emprender o no. De los que deciden emprender, pueden llegar, o no, a empresa consolidad. La parte que de alguna manera se diluye dentro de la estructura tanto formal como informal es justo la anterior a la concepción de la idea. Toda esta cadena forma una pirámide amplia y multifacética en la base que se estrecha a medida que se va consolidando el emprendimiento tal y como se muestra en la siguiente figura.

      Figura. La cantera del proceso emprendedor.

    Fuente: Elaboración propia a partir del proceso emprendedor según el Proyecto GEM. Informe GEM 2011 Por ello, dentro de los sistemas educativos formales el desarrollo de la competencia emprendedora es un objetivo transversal más, junto a otras tan importantes como comunicación en lengua materna y extranjeras, competencia digital, entre otras (Comisión de las Comunidades Europeas, 2005).

    En este sentido se han hecho grandes esfuerzos por llevar a la formación el desarrollo de la iniciativa emprendedora y la creación de empresas. El papel de la universidad en el desarrollo de esta actitud ha sido objeto de atención prioritaria incorporando el concepto de universidad emprendedora (Kirby et al., 2011).

    Para intentar explicar esta intención emprendedora se han desarrollado varios modelos. El Modelo del Evento Emprendedor (Shapero y Sokol, 1982) considera que la intención emprendedora se puede explicar con la interacción de varios factores como las experiencias emprendedoras, las capacidades, la autonomía y el riesgo. Por otro lado la Teoría del Comportamiento Planificado (Ajzen, 1991) expone que para lograr determinados comportamientos se necesita una determinada cantidad de planificación que puede predecir la intención de adoptar ese comportamiento. Además, postula que el comportamiento es una función de creencias que influyen sobre él, de manera tal, que dichas creencias son premisas que determinan la actitud, intención y comportamiento de una persona.

    Por otra parte, la Teoría Social Cognitiva de Carrera (Lent et al. 1994, 2000) se centra en conocer los mecanismos que estimulan o inhiben el control personal, en relación a los procesos de comportamiento implicados en el desarrollo de la Carrera y que desarrollan las relaciones causa efecto, interés, intención, conducta, rendimiento.

    En el presente trabajo, se pretende conocer los principales elementos que influyen en el aumento de la motivación emprendedora e identificar aquellos impactos, sobre todo académicos, más relevantes desde el punto de vista de dicha motivación emprendedora en un ámbito concreto universitario para carreras relacionadas con la gestión empresarial.

    Definición del modelo propuesto El modelo que a continuación se propone, es una integración del Modelo del evento emprendedor de Shapero y Sokol (1982), del Modelo o teoría del comportamiento planificado de Ajzen (1991) y del Modelo de potencial emprendedor de Krueger y Brazeal (1994). Estos modelos coinciden en que conocer la intención es estimar, a priori, el comportamiento emprendedor subsiguiente. Coinciden en que la intención está determinada por factores relacionados con las actitudes de los individuos y por las condiciones del entorno. En definitiva, que la conducta y por tanto las intenciones, se crean, modifican y desarrollan, a partir de factores psicológicos y las experiencias vividas por los individuos. (Krueger et al., 2000).

    El modelo toma de Shapero y Sokol (1982) la deseabilidad, la viabilidad, esta última separada entre condiciones personales y condiciones del entorno y la propensión a actuar. De Krueger y Brazeal (1994) la necesidad de un suceso disparador, entendido como impactos puntuales que inciden en todo el proceso de desarrollo de la motivación emprendedora. Por último de Ajzen (1991) la necesidad del comportamiento planificado en la generación de expectativas y de ocurrencia de los impactos. Y de todos ellos la propensión a actuar.

      Figura. Modelo de análisis e hipótesis Fuente: Elaboración propia Del modelo propuesto destacan las siguientes partes: percepción de deseabilidad, percepción de factibilidad, tanto desde el punto de vista personal como del entorno, la influencia de las expectativas y los impactos del entorno tanto académicos como del entorno. Por otro lado, las variables sociodemográficas son: sexo; edad; tamaño de la población de origen y actual; nivel educativo de familiares cercanos, trabajos de los progenitores y experiencias de trabajos anteriores. La novedad principal del modelo propuesto es que se desarrolla el efecto de las expectativas y de los impactos en el desarrollo de las motivaciones emprendedoras. Se establece una diferencia clara entre las expectativas creadas y los impactos. Las expectativas pretenden identificar un estado en el que se percibe lo que esperan otros de nosotros y que a su vez genera un impulso en esa dirección. Los impactos, por otro lado, se refieren a situaciones concretas, normalmente no intencionadas, que han sido captadas por los potenciales emprendedores y que han tenido algún papel en sus intenciones emprendedoras. Los impactos, a diferencia de las expectativas, no requieren una intencionalidad a la hora de buscar un efecto en la motivación emprendedora.

    Análisis empírico La población seleccionada para realizar el análisis empírico fue la escuela de negocios ESIC Marketing & Business School y específicamente los alumnos de grado. ESIC tiene nueve campus en España y dos en Brasil con una matrícula de 2222 alumnos. Para un ε=0,02 y nivel de confianza del 90%, el tamaño de la muestra fue de 957.

    Tabla. Ficha técnica de la encuesta Unidad de análisis Individuos / estudiantes Ámbito geográfico España Universo de la población Alumnos de Grado de Admón. de Empresa, Grado en Publicidad, Grado en Marketing y Titulo Superior de Marketing Tamaño de la población 2.222 estudiantes matriculados Tamaño de la muestra a estudiar 957 estudiantes Fecha de realización Abril a mayo de 2013 Principales resultados La motivación emprendedora de los alumnos de ESIC se eleva a un 84,6% dato que es muy significativo y positivo. Variables tales como el sexo, la provincia de origen, las experiencias anteriores y el trabajo de los padres influyen de manera significativa en dicha motivación emprendedora.

    El análisis factorial se ha realizado para el conjunto de variables de cada una de las partes del modelo y el resultado ha sido muy coherente, es decir, que los factores obtenidos [...]


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