Esta tesis estudia el papel que desempeña el pueblo en la novela española del siglo XIX, partiendo de la hipótesis de que la obra literaria está condicionada por las relaciones sociales dominantes en el momento en el que surge y se hace eco de ellas, elaborando una ideología que contribuye a la defensa de unos interese de clase, normalmente la dominante. Ello quiere decir que el papel novelesco está condicionado por el histórico: concretamente por la necesidad que de su concurso tengan las otras dos clases sociales -nobleza y burguesía- para mantener o imponer los respectivos sistemas socioeconómicos que propugnan a lo largo de todo el siglo. Para demostrarlo se hace una introducción -180 folios- en la que se estudia la intervención del pueblo, y, a continuación -920 folios- se analiza, en un corpus de 123 obras, la imagen que de él elabora la novela.
PAPEL HISTRICO.- El pueblo, el cuarto estado, es una de las tres clases sociales. Su presencia en los acontecimientos sociopolíticos va a ser una constante a lo largo de los tres periodos en los que se divide el siglo.
En el primero (1800-1833) -el protagonismo corresponde fundamentalmente al rural- actúa al servicio de la nobleza que lo utiliza como fuerza de choque para preservar el acoso del liberalismo al Antiguo Régimen. En el segundo (1833-1868), es la burguesía la que intenta atraerlo a su órbita. En el tercero (1868-1900), convertido en proletario, con su conciencia de clase recién adquirida, se levanta en lucha contra el sistema de la Restauración, lo que llevará a los dos antiguos contendientes a limar diferencias y cerrar filas contra el enemigo común.
PAPEL NOVELESCO.- Su presencia en la novela está condicionada por su papel histórico. En el primer periodo desempeña -aunque no es el único- el que a la nobleza tradicional le conviene para preservar el Antiguo Régimen.
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