El objetivo del presente estudio consistió en el análisis de la prevalencia de Factor Reumatoide (FR) en una población humana de la provincia de Lugo, y su posible relación con la presencia de anticuerpos frente a Toxocara canis, Anisakis spp y Fasciola hepatica. Para ello, se obtuvieron al azar 909 muestras de sangre de pacientes con eosinofilia, que se dividieron en 3 grupos, según su grado: grupo 1, formado por pacientes con eosinofilia leve; grupo 2, pacientes con eosinofilia media, y grupo 3, personas con eosinofilia intensa. En el análisis de los resultados se consideró también el hábitat y el sexo de los pacientes.
El Factor Reumatoide (FR-IgM) se determinó mediante un kit de aglutinación en látex desarrollado para su detección directa y semicuantitativa.
La seroprevalencia de IgG frente a los diferentes parásitos se determinó con antígenos de excreción/secreción obtenidos a partir de larvas 2 de T. canis, larvas 3 de Anisakis spp y adultos de F. hepatica. Para valorar las tasas de anticuerpos séricos, se empleó un ELISA (Enzyme Linked-Immunosorbent Assay).
El test de aglutinación en látex evidenció que el 14.3% de los sueros eran positivos al Factor Reumatoide-IgM (FR-IgM). Considerando la procedencia de las muestras no se obtuvieron diferencias en el porcentaje de pacientes positivos a Factor reumatoide, ni tampoco con respecto al sexo de los mismos. En el análisis de la existencia de FR-IgM respecto al sexo de los pacientes y a su procedencia, se observó mayor porcentaje de mujeres positivas en el medio rural, lo que puede guardar con una mayor exposición a factores importantes como contacto con animales, tierra, etc.
En la encuesta epidemiológica (n= 909), el porcentaje de pacientes con valores positivos de IgG frente a alguno de los antígenos parasitarios fue del 57% (518/909). En concreto, el 13% lo eran frente a T. canis, 38.8% a Anisakis y el 22.8% a F. hepatica. Las cifras altas de eosinofilia siempre se han relacionado con las infecciones parasitarias, estimándose que la seroprevalencia puede ser muy alta ante Toxocara, Anisakis y Fasciola, especialmente en personas expuestas al consumo de verduras y frutas contaminadas, y con sensibilización ocupacional; y lo mismo sucedería en poblaciones infantiles por su facilidad para la geofagia.
Los porcentajes más elevados de seropositivos a Toxocara se encontraron en los pacientes del G-2, a Anisakis en el G-1, y a Fasciola en los del G-3. En todos los casos las seroprevalencias más altas correspondieron a pacientes de ambientes rurales con diferencias significativas.
El porcentaje de pacientes positivos mediante ELISA e IgG total fue superior en las mujeres, salvo en el de Toxocara, que resultaron similares. Relacionando el sexo y el medio de origen de los pacientes, se demostró que el mayor porcentaje de muestras con valores de IgG positivos frente a T. canis correspondía a mujeres del rural y el menor a varones del entorno urbano. Esto mismo sucedió con Anisakis spp y F. hepatica. Con Chi cuadrado no se encontró significación para Toxocara, pero sí entre las seroprevalencias de Anisakis y Fasciola. Las densidades ópticas más elevadas se encontraron en sueros del medio rural, mostrando diferencias estadísticamente significativas.
Teniendo en cuenta los resultados del ELISA para la detección de IgG frente a los diferentes antígenos parasitarios, se consideró de interés analizar la inmunidad cruzada. Se comprobó que el 57% de los sueros reaccionó con alguno de los tres antígenos empleados; la reacción simultánea a 2 productos antigénicos fue del 14%, y 1.7% frente a los 3 antígenos.
Las reacciones cruzadas más frecuentes se hallaron con antígenos de Anisakis spp y de F. hepatica, y en menor proporción con T. canis. Los resultados podrían justificarse por la similitud entre los antígenos empleados que comparten epítopos o tienen determinantes antigénicos comunes.
El análisis conjunto de la presencia de FR y anticuerpos a los antígenos parasitarios, mostró que el 12.4% (113/909) de los sueros eran positivos a las 2 pruebas. Si se considera de forma simultánea la presencia de autoanticuerpos y de IgG frente a los productos antigénicos parasitarios, se observa coincidencia en el 87% (113/130) de los casos.
El porcentaje de pacientes positivos a Anisakis y Fasciola con FR aumentó con las tasas de eosinofilia, y la mayor seroprevalencia se encontró en los pacientes con eosinofilia intensa (G-3). Por el contrario, este modelo no se cumplió en los casos positivos a FR y Toxocara, y se alcanzaron porcentajes similares en el G-1 y en el G-2. Sin embargo, en el G-3 no se observaron pacientes seropositivos a Toxocara.
Al analizar la posible existencia de inmunidad cruzada en los pacientes con FR, se comprobó que el 66.9% reaccionaron con alguno de los antígenos utilizados. El porcentaje de sueros positivos de forma simultánea a 2 antígenos fue del 22%, y el 10% resultaron positivos a Toxocara, Anisakis y Fasciola. Al comparar los datos de inmunidad cruzada en la población total de sueros empleada (n= 909), se comprobó que la respuesta inmunitaria cruzada se duplicó en los casos positivos al FR-IgM.
La tasa de eosinofilia no guardó relación con la seroprevalencia positiva a los helmintos del estudio, con ausencia de significación estadística. Sin embargo, sí se establecieron diferencias estadísticamente significativas en función del medio, y en las tres infecciones parasitarias.
Para determinar si existía relación entre el lugar de residencia y la seropositividad, se calcularon los valores de odds ratio, y se comprobó que la residencia en el campo supone un riesgo mayor para tener anticuerpos frente a T. canis, Anisakis spp y F. hepatica. Los valores de la fracción etiológica señalan que, en las personas que viven en medio rural, se presentan el 41.2% de casos con valores positivos de IgG frente a T. canis, el 52.4% a Anisakis spp y 41.2% a F. hepatica.
No se encontró relación entre el sexo de los pacientes y la aparición de valores positivos de anticuerpos para los parásitos reseñados (p> 0.05).
El análisis de los resultados del ELISA en los pacientes con FR mostró que el 87% (113/130) de los casos con autoanticuerpos tenían también IgG frente a alguno de los tres antígenos parasitarios usados. Mediante el cálculo de OR se comprobó que la existencia de niveles positivos de anticuerpos frente a los productos antigénicos de T. canis, Anisakis o F. hepatica, supone un riesgo importante para el desarrollo de autoanticuerpos FR-IgM.
De la aplicación de técnicas inmunoenzimáticas como el ELISA para la detección de anticuerpos frente a un antígeno parasitario, no se puede concluir de forma directa la presencia de infección activa, pero sí la exposición previa o actual a dicho antígeno. También hay que considerar que los FR se encuentran en individuos con alteraciones reumáticas y también pueden hallarse en personas sanas.
Los resultados del estudio indican que la formación de FR-IgM puede estar condicionada por la presencia de anticuerpos frente a antígenos de helmintos parásitos. Es posible que la presencia de FR en individuos con IgG frente a los antígenos de T. canis, Anisakis y F. hepatica se deba a que, al contactar con los antígenos parasitarios, se propicie la liberación de FR por las células B.
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