Los flavonoides son la clase de polifenoles naturales más abundante y posiblemente una de las más interesantes desde el punto de vista biomédico.
Constituyen los principios activos de muchas plantas empleadas en la medicina tradicional y su distribución ubicua dentro del mundo vegetal hace que abunden en las frutas y verduras de consumo humano y en bebidas elaboradas a partir de éstas, de tipo alcohólico -como el vino o la cerveza- o no alcohólico - zumos de cítricos e infusiones como el té. Esto convierte a los flavonoides en productos con una elevada presencia en la dieta.
Recientemente, algunos estudios clínicos han relacionado el consumo de flavonoides con una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares y una disminución de la mortalidad por esta causa. Una de las razones de estos efectos puede ser la capacidad antiaterogénica de algunos flavonoides, debida en gran medida a su actividad antioxidante, pero también pudieran estar implicadas otras acciones. En este sentido, hemos estudiado in vitro los efectos vasculares y las propiedades antioxidantes más directamente implicadas en las fisiopatología vascular, de la hesperidina, la hesperetina y el galato de (-)-epigalocatequina. Estos tres compuestos naturales, poco estudiados en el ámbito cardiovascular, son relativamente abundantes en la dieta -por su presencia en los zumos de cítricos, los dos primeros y en el té, el último- y pertenecen a dos subfamilias de flavonoides -las flavanonas y las catequinas, respectivamente- que han sido menos investigadas.
Nuestros resultados nos han permitido sugerir un posible mecanismo de acción que explique el efecto vasodilatador mostrado por la hesperetina y el galato de (-)-epigalocatequina en la aorta de rata; mecanismo que se encuentra en estrecha relación con la presencia en estos compuestos de determinados elementos estructurales que los asemejan a la configuración espacial de los nucleótidos.
Por otro lado,
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