La ancianidad no ha tenido cabida en los estudios teológico-morales.
La tesis investiga los estudios más significativos que se han realizado sobre la ancianidad para comprender las razones por las que ha sido preferida en ellos; con esta base, se elabora una aproximación ético-teológica desde la ancianidad y hacia la ancianidad.
Su desarrollo consta de tres partes: En la primera se estudia la ancianidad desde la biología, la psicología, la demografía y las políticas actuales.
La segunda parte la integran el estudio bíblico del anciano; la visión patrística, en especial el estudio de S. Agustín, S. Ambrosio y S. Jerónimo; el tratamiento de Sto. Tomás y el estudio del Magisterio de la Iglesia. En esta investigación se descubre la dualidad de la vejez y la razón de su comprensión intemporal y simbólica: por una parte la ancianidad más que una realidad humano-corporal, refleja su relación con la sabiduría, la virtud y la gracia, y por otra la vejez es también la imagen del pecado y de la muerte.
La tercera parte afronta las perspectivas ético-teológicas de la vejez.
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