Álvaro Sánchez de Medina Garrido
Los hayedos de la provincia de Burgos tienen un enorme valor en la evolución de las masas de esta especie por un doble motivo: por un lado, alcanzan su límite meridional en Europa dentro de la Península Ibérica en la Sierra de la Demanda (exceptuando las manchas relícticas de los Puertos de Somosierra y Sierra de Ayllón, límites de Madrid, Guadalajara y Segovia), lo que las confieren una cualidad excepcional, ya que se encuentran masas de hayedo en condiciones muy alejadas de las habituales del centro y este de Europa (masas por encima de los 2.000 metros de altitud, en zonas de fuerte insolación, aisladas en barrancos, etc.). Por otro lado, por la multitud de tipologías estructurales que conforman sus masas, bien sea por su evolución natural de acuerdo a las especiales condiciones ecológicas, bien por la acción del hombre y sus actividades selvícolas y agroganaderas. Los actuales bosques de hayas de la Península Ibérica son bastante recientes en términos evolutivos, ya que aparecen hace apenas 3.000 años (BLANCO et al. 1997) y se han expandido en dirección este-oeste sobre los territorios de clima atlántico (en torno al eje Pirineos – Cordillera Cantábrica). En muchas localidades el haya es considerada una especie “invasora” debido a los especiales requerimientos ecológicos para su desarrollo (especie tolerante, de ambiente nemoral y umbrío), que desplaza a otras consideradas más productivas como son el pino silvestre o el abeto. La tendencia actual del haya es la de aumentar su superficie tal y como revelan los resultados de los estudios en masas mixtas y regeneración de la especie (Gª LÓPEZ, J.M., et al., 2001). Esto, unido a la creciente tendencia de los forestales europeos de transformar masas regulares de coníferas por masas mixtas de frondosas en base a mejorar la sostenibilidad, resistencia y biodiversidad de los bosques (HANSEN, J., 2004), hace que el estudio de los hayedos sea cada vez de mayor importancia. En Burgos, en 2001, se cortaron 2.964 m3 de haya con corteza, la segunda especie después del chopo, siendo la 3ª provincia española en cortas de haya después de Navarra y Gerona (M.A.P.A., 2002). Su uso tradicional como combustible ha deteriorado mucho las masas, encontrándose numerosos montes bajos de haya, con ejemplares añosos y trasmochos. Las masas adultas han sido relegadas a ubicaciones extremas en cuanto a pendiente, climatología y suelo; es decir, lugares de difícil acceso y ecología. Las características de fácil combustión y de troceo de la leña hacen que sea apreciada y desplace a otras del grupo de los robles y encina. La leña es de alta potencia calorífica. No obstante, el precio de venta de la misma es 0,05 €/Kg, equivalente a unos 12 €/estéreo, en la Sierra de la Demanda (Barbadillo de Herreros). Actualmente la madera de haya burgalesa se orienta hacia otros usos, como son los de madera de aserrío, traviesas y chapa. Esto se debe a la conciencia creciente, tanto del mercado como de los gestores forestales, del valor económico de la madera de haya. Así, el haya es la cuarta especie frondosa en valor económico, por detrás de las plantaciones de eucalipto, choperas y castaños, con 3.680.906 € en pie. También está detrás de los pinos productivos de España como son, por orden decreciente de valor, el Pinus radiata, Pinus pinaster, Pinus sylvestris, Pinus nigra y Pinus halepensis (M.A.P.A., 2002). En España el haya no ha sido una especie especialmente “deseada” más que por su uso comentado como combustible. En los pueblos y zonas rurales, su introducción ha tenido otras especies más conocidas y a las que se ha concedido mayor importancia, principalmente, por motivos económicos (Pinus sylvestris L.,Abies alba Mill., Quercus robur L., Quercus petraea (Matts.) Liebl., etc.). Esto ha repercutido en una ausencia casi total de bibliografía y documentación sobre el haya en nuestras latitudes, llegándose incluso a aplicarle la selvicultura y los tratamientos de otras especies debido a la poca información existente. Los bosques de haya son de una belleza incomparable. Son además, refugio de numerosas especies animales, que tienen en el hayedo el alimento y el resguardo asegurado. El aspecto recreativo de los hayedos cobra cada día más fuerza como valorizador de estas masas. Hay que tenerlo en cuenta, sobre todo en aquellas masas de difícil acceso asentados en localizaciones de compleja orografía, que sugieren su conservación y ausencia de explotaciones para su mantenimiento. La motivación del presente trabajo nace del interés por recopilar información y documentar los principios básicos de la gestión del haya y posibilitar el uso de una metodología de trabajo sencilla y práctica, de modo que pueda emplearse en la gestión de los hayedos burgaleses para su aprovechamiento y sostenibilidad. El conocimiento de la especie, tanto en su desarrollo individual como su interacción con el medio y el resto de especies, servirá de base para poder gestionar las masas de hayedo de un modo racional, para tender hacia masas de mayor calidad forestal.
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