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Flujos de los derrubios en la Cornisa Cantábrica: evidencias, modelo de susceptibilidad y relevancia geomorfológica

  • Autores: R. Santos Alonso
  • Directores de la Tesis: Jorge Marquínez García (dir. tes.)
  • Lectura: En la Universidad de Oviedo ( España ) en 2011
  • Idioma: español
  • Tribunal Calificador de la Tesis: Rosa Ana Menéndez Duarte (presid.), Gil González Rodríguez (secret.), Andrés Díez Herrero (voc.), Lorenzo Marchi (voc.), Marcel Hürlimann Ziegler (voc.)
  • Materias:
  • Enlaces
    • Tesis en acceso abierto en:  RUO  TESEO 
  • Resumen
    • Un flujo de derrubios es un mecanismo de transporte en masa rápido, de carácter fluido y saturado en agua que se desplaza a lo largo de un canal preexistente. Los flujos de derrubios son un agente geomorfológico especialmente activo en las zonas de cabecera de cordilleras montañosas de todo el mundo, donde su formación está favorecida por las fuertes pendientes y la elevada producción de sedimento. Uno de los rasgos más característicos de los flujos de derrubios es su elevado contenido en material sólido (tanto sedimento como restos vegetales), incluyendo la presencia de bloques de grandes dimensiones. Los flujos de derrubios participan activamente en el modelado de las cabeceras fluviales, donde contribuyen al proceso de incisión de la red periférica de drenaje. Su deposición suele producirse al pie de pequeñas cuencas de montaña, donde contribuyen activamente a la formación de abanicos torrenciales. Algunos abanicos torrenciales están formados en su totalidad por depósitos de flujos de derrubios (abanicos de derrubios), en contraposición con aquellos en los que únicamente intervienen fenómenos de naturaleza aluvial (abanicos aluviales). Debido a su carácter súbito y elevada capacidad de transporte de material sólido, los flujos de derrubios constituyen un agente de riesgo muy importante en zonas montañosas. Las situaciones de riesgo asociadas a los flujos de derrubios tienen lugar especialmente en las superficies de los abanicos torrenciales, que debido a sus propiedades topográficas, se encuentran habitualmente ocupados por poblaciones e infraestructuras. Desde el punto de vista de la gestión del riesgo torrencial, resulta fundamental evaluar la posibilidad de que un abanico torrencial pueda ser afectado por flujos de derrubios. Los flujos de derrubios se han documentado anteriormente en algunos sistemas torrenciales especialmente activos la Cornisa Cantábrica, en el norte de la Península Ibérica. La hipótesis de partida de este trabajo es que los flujos de derrubios son un agente geomorfológico activo en los canales de cabecera de esta región montañosa. Algunos de los abanicos torrenciales existentes en esta región se encuentran ocupados por núcleos de población, lo que sugiere que existen situaciones de riesgo por flujos de derrubios. En este trabajo se investiga el fenómeno de los flujos de derrubios en la Cornisa Cantábrica tomando como base la cuenca hidrográfica del río Nalón y algunas zonas adyacentes. Este análisis se lleva a cabo por medio de tres enfoques complementarios: Reconocimiento de evidencias geomorfológicas y sedimentológicas Se han documentado evidencias de la ocurrencia de flujos de derrubios por medio del reconocimiento de las propiedades geomorfológicas y sedimentológicas de sus depósitos. Las evidencias más claras de flujos de derrubios son las formas superficiales que desarrollan sus depósitos, en particular los lóbulos frontales y levees. Las características sedimentológicas son también un criterio útil para el reconocimiento de depósitos de flujos de derrubios, especialmente el carácter inmaduro y el desarrollo de un soporte estructural de la matriz. Con estas observaciones se ha construido una población muestra de 186 depósitos torrenciales que se han clasificado como abanicos de derrubios (151) o abanicos aluviales (35). Modelo de susceptibilidad en abanicos torrenciales Tomando como referencia esta población muestra, se han analizado las propiedades de cuenca que se encuentran más relacionadas con la ocurrencia de flujos de derrubios. Se han tenido en cuenta tanto variables topográficas (superficie, pendiente, geometría, etc.) como temáticas (substrato rocoso, depósitos superficiales y cubierta vegetal). Algunas de estas variables, en particular la denominada «pendiente sintética de cuenca» (desnivel de cuenca dividido por la raíz cuadrada de sus superficie), tienen una gran capacidad para discriminar entre sistemas torrenciales dominados por flujos de derrubios y sistemas dominados por procesos aluviales. Este análisis ha dado como resultado final la elaboración de un modelo de susceptibilidad que permite predecir la probabilidad de que un abanico torrencial de la zona de estudio sea afectado por flujos de derrubios. Dicho modelo identifica varias situaciones de riesgo por flujos de derrubios en la cuenca del río Nalón. Signatura topográfica Los canales de cabecera con un modelado controlado por los flujos de derrubios tienen unas características topográficas diferentes de los canales de naturaleza aluvial. En este sentido, una de las principales diferencias se encuentra en la relación existente entre la pendiente longitudinal de los cauces y su área de drenaje. El análisis de estos datos permite reconocer la existencia de una signatura topográfica propia del «dominio de flujos de derrubios», es decir, de aquellos canales con un modelado controlado por la acción de los flujos de derrubios. El análisis de los gráficos área-pendiente de la cuenca del río Nalón identifican una transición entre los dominios coluvial y aluvial para áreas de drenaje de entre 1 y 4 km2.


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