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Resumen de Interacción madre-hijo en el desarrollo del temperamento infantil

María Teresa Bobes Bascarán

  • Introducción: Numerosos estudios han puesto de relieve el papel fundamental que desempeñan los padres en el desarrollo social y emocional del niño desde sus primeros días. El interés en el estudio diádico ha estado centrado durante muchos años en el papel unidireccional de la influencia del progenitor sobre su hijo, pero lejos de tratarse de una transacción unívoca, los hallazgos empíricos ponen de relieve el papel fundamental del niño sobre el funcionamiento de la díada, y las propias características del niño que podrían modificar ciertos aspectos de la ya consolidada estructura de sus padres. Objetivos: 1) Analizar el efecto del estado mental de la madre, sus habilidades de afrontamiento y acontecimientos vitales estresantes sobre diferentes aspectos del temperamento infantil y de la autovaloración de la madre como cuidadora, 2) Analizar el efecto modulador que sobre esta relación puedan tener determinadas variables sociodemográficas parentales, médicas y obstétricas, y 3) Comprobar el funcionamiento de la versión española de la escala para la evaluación del temperamento infantil EAS en la muestra estudiada y en una muestra independiente. Diseño: estudio longitudinal prospectivo de una cohorte de N =317 niños y sus respectivas madres, evaluada desde los 3 primeros días posteriores al nacimiento con seguimiento en diferentes períodos de tiempo a las 8 y 32 semanas, 18 y 42 meses. Para la ejecución del tercer objetivo, se obtuvo una muestra tranversal de 143 niños de 42 meses y se evaluó su temperamento mediante el cuestionario EAS heteroinformado por su padre y su madre. Resultados: Los resultados indican que las madres con mayores niveles de depresión (p=0,016) y de ansiedad (p=0,004) puntúan de manera más elevada el rasgo emocionalidad de sus hijos rasgo emocionalidad de sus hijos a los 42 meses. Los resultados indican que las madres más extravertidas tienen hijos con rasgos de Emocionalidad (p=0,021) y de Timidez menos intensos (p=0,030). Los resultados indican que no hay diferencias estadísticamente significativas en la escala EAS a los 42 meses según el rasgo Neuroticismo ni Psicoticismo. Discusión y conclusiones: Los niños con madres más ansiosas y deprimidas presentan mayor irritabilidad, son menos fáciles de apaciguar y las propias madres se encuentran más ansiosas o inseguras y se perciben a sí mismas como menos autoeficaces, con menor facilidad para el cuidado de su hijo. Los niños con las madres más inestables puntúan de manera más elevada en el rasgo Emocionalidad. Existe una tendencia claramente definida en ambos instrumentos, pero por otra, sí que se han encontrado diferencias estadísticamente significativas en alguno de sus componentes con el paso del tiempo. La dirección de la percepción subjetiva de cada padre se encuentra en un punto aproximado, sin embargo, existen pequeñas divergencias en cuanto al componente actividad, cuya puntuación es mayor si el bebé es evaluado por su madre que por su padre. Sólo las madres más introvertidas y neuróticas obtienen puntuaciones elevadas en ansiedad y depresión. Existe una relación positiva y significativa entre los niveles elevados de ansiedad-depresión y el uso de las siguientes estrategias de apoyo social, aceptación, autoinculpación, negación, creencias religiosas o espirituales y planificación, por lo que no parece que el nivel de ansiedad y estrés determine el uso de peores estrategias de afrontamiento. Existe una relación entre el estado mental de la madre y el número de experiencia vitales, sin embargo, otras variables como el estado civil, el número de hijos, personas que conviven en el hogar, nivel educativo y situación laboral, no parecen mostrar su efecto sobre la ansiedad y depresión materna.


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