Mario Patricio Arteaga Velasquez
Las relaciones internacionales contribuyen a que los hombres se entiendan a sí mismos y ayuden a solucionar los problemas, por eso, se afirma que explican cómo funciona el mundo donde se observan conflictos, disputas territoriales, riesgos y amenazas transnacionales y otros fenómenos que complican el proceso internacional. Lo anterior, constituye la realidad para Chile y Perú y da origen a la presente investigación cuyo propósito es demostrar que ambos países pueden trasladar sus relaciones interestatales a un escenario de cooperación bilateral que les aleje del conflicto y les comprometa en un esfuerzo para incrementar la seguridad bilateral. Las relaciones bilaterales chileno ¿ peruanas se han desarrollado en un escenario de conflicto, donde los tratados, acuerdos y los fallos internacionales, no han sido capaces de poner fin a los desacuerdos que tensionan sus relaciones. A esto se suma la intervención de un factor psicosocial que origina sistemas de pensamiento causantes de la falta de entendimiento y las desconfianzas que separan a los dos países en la actualidad. Además, el escenario se complica con la intervención de un tercer actor, Bolivia, que influye a través de su demanda por una salida al Pacífico con soberanía a través de territorio chileno sobre el cual Perú cuenta con atribuciones en el ámbito del Derecho Internacional. Chile y Perú se caracterizan por su realismo político, por la importancia que le atribuyen al Estado, a la Soberanía, al concepto de autonomía política y a la existencia de objetivos nacionales contrapuestos, lo cual es concordante con la cooperación internacional, que junto con aceptar las condiciones citadas, admite la manifestación de disputas y tensiones interestatales, particularmente aquellas que se relacionan con el Poder como son la ruptura del equilibrio de Poder y el dilema de seguridad. Entre Chile y Perú existe una relación de similitud estatal que corresponde a la condición básica para avanzar hacia la cooperación. Dicha similitud no significa igualdad, pero sí equilibrio con respecto a gobernabilidad, estabilidad democrática, desarrollo humano, situación económica y social, situación estratégica, grado de consolidación y situación de seguridad del Estado. Lo anterior, sumado a los sistemas de gobierno idénticos y a la similitud de los objetivos nacionales que persiguen, permiten configurar un escenario favorable para la cooperación bilateral que beneficiaría el crecimiento, desarrollo y la capacidad para enfrentar, con más fortalezas, las amenazas tradicionales y transnacionales que podrían afectar tanto a Chile como a Perú. Entre Chile y Perú existen intereses comunes que son favorables para un proceso de cooperación bilateral, porque contribuyen a fortalecer la gobernabilidad, la estabilidad democrática, la estabilidad económica, el nivel de desarrollo humano y, también, a incrementar su nivel de consolidación como Estados. Como la seguridad constituye un requisito para que lo anterior se cumpla, se puede considerar que corresponde a otro interés común que favorece la cooperación bilateral. Estos intereses comunes son más poderosos que los intereses contrapuestos, porque constituyen opciones para obtener capacidades que fortalecerían a ambos países y porque generan opciones favorables para su prestigio en el sistema internacional.
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