Entender el neoliberalismo como un modo de regulación social supone hacer a un lado las más comunes apreciaciones que lo conciben como una política económica o una doctrina filosófica. La noción de regulación social implica considerar el componente de gobierno que el neoliberalismo tiene, es decir, ser un modo de conducción de conductas y producción de subjetividades, lo que analizaremos en primer lugar. En segundo lugar abordaremos los tres modos de regulación social que consideramos propios del neoliberalismo en tanto modo de gobierno: crisis, empresa y competencia. Si bien dichos términos remiten al vocabulario económico, nuestra propuesta de lectura radica en reconocer sus dimensiones políticas: aquellas dimensiones constitutivas del orden social y que ofrecen el mecanismo a partir del cual se produce realidad, se producen sujetos y se los gobierna. Este abordaje se realiza desde una perspectiva genealógica que indica, en principio, una particular manera de comprender las fuentes con las que se trabaja y, enseguida, una específica manera de comprender la configuración del problema presente que nos preocupa.En este recorrido se pretende dar cuenta de las actuales coordenadas del neoliberalismo o, como lo enunciamos, los tres elementos que hacen del mismo un modo de gobierno. Para ello volvimos a las fuentes, a sus padres fundadores, no con ánimo de rastrear el valor epistemológico del pensamiento neoliberal, sino de reconstruir las condiciones de posibilidad que lo hacen hoy estratégicamente potente. No se trata de evidencias, sino de dispositivos de gobierno.
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