This article discusses the problem of the presumption of innocence in Mexico. It shows that such presumption does not exist in a society that has not yet achieved a full secularization.
Religion, particularly under the influence of Saint Augustine, Francisco Suarez and the Thomism, assumes that all human beings are sinners. In this context, a discretionary power is exercised, which occurs both in society and in the exercise of the law. This article shows that, in the absence of secularization, an equivalent transition to the one made by Europe from the Middle Ages to the Renaissance has not been achieved. Thus, the authority is innocent while it is accountable and the individual is master of his destiny, and is not in the hands of the willingness of others, instead the one of God.
Este artículo debate el problema de la presunción de inocencia en México. Muestra que tal presunción no existe en una sociedad que todavía no ha logrado una secularización plena. La religión, en particular bajo la influencia de San Agustín, Francisco Suárez y el tomismo, supone que todos los seres humanos son pecadores. En este marco, se ejerce un poder discrecional, lo cual sucede tanto en la sociedad como en el ejercicio del derecho. Este artículo muestra que, a falta de secularización, no se ha logrado la transición equivalente a la que hizo Europa del Medioevo al Renacimiento. Aquí, la autoridad es inocente mientras sea responsable y el individuo es dueño de su destino, y no está en manos de una voluntad ajena, la de Dios
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