La falta de claridad de muchos textos jurídicos es una queja que está muy extendida entre los ciudadanos. Aunque son varios los factores (lingüísticos y extralingüísticos) que contribuyen a acrecentar la opacidad de los documentos del ámbito legal, el problema más grave podría resolverse con un adecuado empleo de signos de puntuación. El caso más evidente se observa en la tendencia al abuso de oraciones subordinadas concatenadas, una práctica que ocasiona graves problemas de comprensión, pero que muchas veces se solventaría con una oportuna organización de los párrafos (uso de unos signos en lugar de otros). En otras ocasiones, la puntuación es la causante de interpretaciones no deseadas o de ambigüedades, bien porque se emplean signos inapropiados, bien porque su colocación no es la pertinente. En esta contribución, repasamos las incorrecciones que se cometen con mayor frecuencia en el uso de signos de puntuación en los textos jurídicos y damos cuenta de algunos casos en que se ve afectada la interpretación y la legibilidad de los textos (fundamentalmente, comas que alteran el sentido de las oraciones y ausencia de puntos para jerarquizar la información).
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