Aunque la reforma protestante no fue el único intento de renovar la Iglesia en los tiempos humanistas del renacimiento, sí ha sido un acontecimiento significativo y coyuntural tanto en la historia de la humanidad como, por supuesto, en la de la Iglesia, en cuanto generó la segunda gran división del cristianismo. Por esta razón, trataremos con gran atención en lo seguido de este artículo, en primer lugar, el hecho de la reforma en sí mismo, su figura representativa en Lutero y el devenir del estudio historiográfico sobre él y, en segundo lugar, la expansión de las ideas reformadoras de Lutero, después de su muerte, por medio de grandes figuras como Zwinglio y Calvino.
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