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Bonet Castellana en Madrid, del plano terso al plano convulso

  • Autores: Juan Gavilanes Vélaz de Medrano
  • Localización: I Congreso Pioneros de la Arquitectura Moderna Española: Vigencia de su pensamiento y obra: Actas digitales de las Comunicaciones aceptadas al Congreso. / coord. por Teresa Couceiro Núñez, 2014, ISBN 978-84-697-0296-3, págs. 377-385
  • Idioma: español
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  • Resumen
    • Antonio Bonet Castellana (1913-1989), ha sido considerado como uno de los arquitectos españoles mejor entroncados con las tendencias más avanzadas de la arquitectura internacional de la primera mitad del siglo XX.

      Trabajó con Le Corbusier en París entre 1936 y 1938, año en el que, en plena Guerra Civil, se trasladó a Buenos Aires. Allí participó de manera muy activa con multitud de encargos, y se introdujo en la vida cultural y social, tanto argentina como uruguaya. Entre otros fueron muy destacables sus proyectos de carácter turístico para Punta Ballena en Uruguay o el Plan del Barrio Sur de Buenos Aires.

      En el año 1949 recibió el encargo de su conocida villa Ricarda en el Prat de Llobregat, en Barcelona, que terminaría en 1960. Fue cuando dio comienzo su regreso a España que sería paulatino y no definitivo hasta 1963.

      La exposición que se hizo sobre su obra en 1960 en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, y comentarios como los de Carlos Flores que lo calificaría como el arquitecto más importante del momento, no pudieron sino favorecer su vuelta.

      En 1959 comenzó su colaboración con Josep Puig Torné, nacido en 1929 y por tanto más joven que Bonet. Su relación se formalizó con la apertura de un estudio común en Barcelona en 1959 que se extendió hasta 1964.

      Por otro lado Antonio Bonet también abrió estudio en Madrid en 1959 con Manuel Jaén de Albaitero, arquitecto navarro afincado en la capital, de su misma edad, también nacido en 1913. La relación entre Bonet y Jaén sería muy estrecha a lo largo de la década de los 60, con varias obras en Madrid y donde surgieron también unas interesantes colaboraciones en la primigenia Costa del Sol. Por su parte Manuel Jaén desarrollaría de manera individual, algunos de los más interesantes y modernos edificios de la nueva zona turística.

      La obra de Bonet en Madrid durante la década de los 60 fue de escala intermedia y principalmente entre medianeras, en torno al casco histórico y primer ensanche madrileños. El regreso de Bonet a España estuvo marcado por multitud de encargos, principalmente privados, que le asentarían como profesional innovador y solvente, como así lo demuestran sus dos sedes de trabajo en los polos más dinámicos del país, Madrid y Barcelona.

      No obstante, su obra en Madrid se torna algo más posibilista, bien por la magnitud media de los proyectos, bien por trabajar en la ciudad heredada. El marco de propuestas formales que se establece entre el plano terso del Banco de Madrid (1959) y el plano plegado y rugoso de las viviendas de la calle Trujillos (1967), supone una oportunidad para que desde el análisis de los casos madrileños se muestre la evolución de su arquitectura hacia una madurez compleja y comprometida, que permitió a las nuevas generaciones de arquitectos, establecer el necesario contacto de manera directa con las principales vanguardias de la arquitectura del siglo XX.

      Palabras clave: moderno, contraste, expresividad, materia, recomposición.


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