Este artículo analiza la presencia de las empresas vascas en China y la política de internacionalización elaborada y posteriormente implementada por el Gobierno Vasco para propiciar dicha presencia a través de políticas públicas ambiciosas y novedosas. La necesidad para las empresas vascas de implantarse en China resulta de la globalización de la economía y de la apertura creciente de los mercados, del enorme mercado potencial que representa ese país-continente de 1,3 billones de habitantes con el acceso de 300 millones de chinos a la clase media, y el estancamiento de la economía europea como consecuencia de la crisis económica que se inicia en septiembre de 2008. No en vano, si ese mercado ofrece numerosas oportunidades y las empresas vascas disponen de recursos para poder implantarse y desarrollarse en él, se enfrentan a una serie de obstáculos de índole político-administrativo, socioeconómico, cultural y lingüístico que conviene no infravalorar.
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