Por primera vez nos encontramosen toda América del Sur con gobiernos democráticos a los que la globalización les presentauna serie de desafíos. Identificada incorrectamente primero con el neoliberalismo, la globalización reactualizan el problema de la construcción del orden democrático. La expulsión delmercado, producto de las transformaciones económicas, no solamente exacerba las diferenciasya existentes, sino que al crear otras nuevas poneen cuestión la integración social y la conformación del ciudadano. Al carecer de canales apropiados para insertar sus demandas, estas sociedades acumulan violencia que impiden toda resolución pacífica de los conflictos. Pero la globalización, con la aceleración de los tiempos,abre también la posibilidad de desatar otra faceta autoritaria. Escudándose en la necesidadde tomar decisiones lo más rápido posible, elejecutivo puede tomar primacía sobre los demás órganos de gobierno, al asumir ese espaciode decisión para sí, evitando la participación delCongreso. Se promueve así en el plano de lopolítico la falta de confianza en las institucionesdemocráticas y la ruptura del equilibrio de poderes, situación esta última que en países conejecutivos fuertes supone acrecentar peligrosamente el presidencialismo.
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