La música ofrece una similitud con el lenguaje. Hablar como se hace de "idioma musical" o de "dicción musical" no es metafórico. Pero la música no se confunde con el lenguaje. Su similitud con éste lleva al corazón del problema, pero también a su indefinición. El que tome la música literalmente por un lenguaje, se extraviará. Como el lenguaje, la música se presenta como una sucesión en el tiempo de sonidos articulados, que son más que simples sonidos. Estos sonidos dicen alguna cosa, frecuentemente alguna cosa humana. Y lo dicen con tanto más vigor, cuanto más elaborada sea la música. Esta sucesión de sonidos se parece a la lógica: puede ser verdadera o falsa. Pero lo que se dice no es separable de la música; esta no es un sistema de signos.
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