Alfonso Revilla Carrasco, Daniel Laliena Cantero
África es el triunfo de la forma, la oralidad, la creatividad y lo espiritual. Tiene la capacidad de crear y de creer bajo formas y apariencias variables que su arte tiene el poder de captar.
Una obra africana no se acaba en las manos del escultor, va cumpliendo y adquiriendo autoridad en su uso y función; esto es lo que la hace fuerte, lo que la mantiene viva. Continúa en movimiento, se completa y madura en el diálogo con la sociedad en la que se integra con el ciclo de la vida.
La fertilidad, los antepasados, el linaje, la armonía con los espíritus de la naturaleza y la sabiduría de las palabras son valores que se reflejan en la escultura africana.
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