El río Guadaíra a su paso por Alcalá genera un singular ecosistema que a lo largo de la historia se ha ido configurando como un centro neurálgico, especialmente atractivo para pintores y dibujantes. El entorno del Parque de Oromana generó, a finales del XIX, una intensa actividad pictórica, que desembocó en la denominada Escuela de Alcalá. Pintores como Sánchez Perrier, Gonzalo Bilbao, Rico Cejudo, Hohenleiter se aproximaron a sus orillas para impregnarse de un paisaje que conjugaba una arquitectura y una naturaleza determinadas por el agua y la vegetación. Desde la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Sevilla, se ha impulsado la mirada de un grupo de jóvenes estudiantes de la mano de la profesora Mercedes Pérez de Prado, en una experiencia orientada fundamentalmente al desarrollo de la percepción como motor generador de proyectos. Los trabajos que reúne este volumen constituyen el fruto de la materialización de esas ideas provocadas tras la inmersión en un espacio singular.