El censo del Catastro de Ensenada nos ofrece una visión descriptiva del municipio de El Arenal de 1752 en todas sus vertientes. De un plumazo podemos sumergirnos en cómo era la realidad cotidiana de los arenalos a mediados del siglo XVIII y cómo estaba estructurada la sociedad rural de aquella época. Destaca de este censo lo pormenorizado de todos los detalles: composición de la estructura organizativa del Ayuntamiento, nombres y apellidos de los vecinos, características de las viviendas, profesiones, medidas de extensión, capacidad y peso, tipos de cultivos, propiedades, impuestos, etc. Mención especial a los topónimos del término municipal para poder compararlos con los actuales:
«Pedro García Pulido (jornalero): tiene una casa con vivienda alta y baja en el barrio del Cerrillo, tiene de frontal diez pies y de fondo treinta y seis pies (32 m²). Tiene un castañar al sitio del Cansino que dista del pueblo un cuarto de legua, tiene cuatro castaños de tercera calidad, tiene un borrico».
También resaltar lo referente a medidas de capacidad y superficie de aquella época: «La medida es común en todo el término, en cuanto a tierras son fanegas, que es lo que corresponde a la cavidad que ocupa una fanega de trigo sembrada a puño».
Se trata de un documento único que es fiel reflejo de la historia de los habitantes de El Arenal de aquellos años. Para el lector va a ser un sorprendente viaje al pasado, en el que inevitablemente va a analizar y recrear las diferencias y similitudes entre la época descrita en el censo y la sociedad que vivimos actualmente.
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