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Resumen de Construyendo redes para compartir: del paradigma espacial al relacional

Garbiñe Henry Moreno, José Luis Larrea Jiménez de Vicuña

  • Las redes constituyen una referencia cada vez más socorrida cuando queremos expresar el potencial de un sistema articulado en base a diferentes elementos interrelacionados entre sí. La lógica de una organización basada en estructuras jerárquico-funcionales responde claramente a un paradigma espacial, más propio del pasado que del presente. Sin embargo, la riqueza de las relaciones y de las conexiones que se derivan de un mundo en el que las manifestaciones de diversidad crecen y la necesidad de conectarlas para compartir se rebela cada vez más acuciante, nos llevan a valorar de manera especial la lógica de las organizaciones en red, ya que permiten abordar con más efectividad los desafíos de un paradigma relacional que se va imponiendo en el día a día. En este contexto, resulta necesario avanzar en la conceptualización y modelización de lo que entendemos por una red para ver la manera de poner todo su potencial al servicio de diferentes objetivos, que difícilmente se podrán alcanzar con estructuras organizativas jerarquizadas y burocratizadas. El mundo en el que vivimos es un mundo en constante transformación en el que fuerzas de diferente naturaleza se manifiestan con unas consecuencias que parecen fuera de toda duda. Además, todas ellas se interrelacionan cada vez más haciendo que sus efectos adquieran un perfil exponencial. En este mundo en transformación resulta fundamental tomar posición ante los diferentes retos con los que nos enfrentamos. Para ello es clave entender el alcance de las fuerzas que están en marcha y hacer un esfuerzo por incorporar un modelo de interpretación de las mismas. Todo ello es necesario para tomar posición y para construir un relato. Entre las fuerzas que condicionan el devenir de lo que hacemos podemos distinguir entre aquellas que consideramos tendencias generales, en las que nuestra capacidad de incidencia puede ser muy pequeña y aquellas otras en las que merece la pena que nos planteemos un protagonismo activo para convertirlas en fuerzas tractoras que comprometan nuestros esfuerzos. Se trata de ser protagonistas del desafío que nos presentan el conocimiento y el aprendizaje, la innovación y el emprendimiento, y una competitividad al servicio del bienestar. De estas destacaremos, a los efectos de esta aproximación, la importancia capital del emprendimiento, pues se trata de ver cómo la existencia de redes potentes puede resultar relevante para este campo. En todo caso, quizá la fuerza más condicionadora de todo lo que hacemos venga de la mano del cambio de paradigma mental al que estamos asistiendo, transitando de un paradigma espacial a un paradigma relacional. Esta transición supone un verdadero reto para todo y, en especial para el emprendimiento, poniendo de manifiesto la necesidad de abordar fórmulas organizativas que, en forma de red, nos permitan superar los desafíos con los que nos enfrentamos. No es, pues, ajena a la evolución del contexto la demanda de articular redes al servicio del emprendimiento. El caso de la articulación de la Red de Emprendimiento Global de la Universidad de Deusto responde a esta necesidad. Otro tanto ocurre con el caso de la articulación de un ecosistema de innovación y emprendimiento empresarial en Barakaldo. Para entender en todo su alcance la modelización de una red conviene reflexionar sobre la incidencia del cambio de paradigma, tomando conciencia de que el paradigma relacional nos lleva a poner el foco en la necesidad de compartir y en la manera de facilitar que esa necesidad sea satisfecha. De ahí que la intensidad en el compartir sea relevante para entender el alcance, en cada caso, de las diferentes formas que tenemos para compartir, en función de la intensidad con la que compartamos el propósito, el marco general y el lenguaje. La intensidad más alta se alcanza cuando hablamos de cooperación, que necesita apoyarse en valores y principios, en aprendizaje y conocimiento, en tecnología y en liderazgo. Así que para entender el sentido de una red resulta fundamental entender que es una estructura al servicio del compartir, de forma que no deja de ser una forma de tecnología. Si comprendemos la red como una forma de tecnología al servicio de la satisfacción de la necesidad de compartir, comprenderemos también la importancia de la relación entre conocimiento, tecnología y aprendizaje. La red como expresión de una tecnología para compartir nos lleva a establecer las características básicas de la misma y a conceptualizar los elementos que la conforman. Así, hablaremos de nodos, conexiones, vínculos, propósito, marco, lenguaje y gobierno de la red. El propósito de la red es una cuestión relevante, que merece la pena tomar en consideración pues determina el para qué y el porqué de la red, lo que resultará fundamental para analizar las características de la misma. En este caso se trata de redes al servicio del emprendimiento, lo que implica la necesidad de establecer un marco conceptual y un lenguaje compartido mínimo acerca del mismo. Puede parecer una tarea sin importancia, pero resulta capital. Por eso, se adelantan los elementos básicos conceptuales que impregnan nuestra aproximación al emprendimiento. Todo ello nos permitirá culminar con la aplicación del modelo general al caso particular de la red de Emprendimiento Global de la Universidad de Deusto, así como al del ecosistema de innovación y emprendimiento empresarial de Barakaldo.


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