En las últimas décadas la tendencia es hacia fuegos más frecuentes y más severos, como en el caso de la Cuenca Mediterránea, causando impactos significativos en los ecosistemas y en la sociedad. Entre los cambios más importantes cabe destacar el incremento en la extensión y en la severidad de los incendios, lo que se relaciona principalmente con (i) el aumento en la cantidad y continuidad del combustible, debido al abandono rural y (ii) los cambios en el clima, con aumentos de temperatura desiguales pero generalizados y, los cambios en la precipitación con tendencia a la reducción
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