El presente trabajo aborda dos puntos de vista diferentes, el de las propias personas mayores y el de los profesionales, sobre una parte esencial y olvidada del proceso de envejecimiento: las emociones. Y es que, curiosamente, la gerontología en particular y otras disciplinas en general, han relegado, desdeñado y desatendido, el estudio de aquello que da sentido y significado a nuestra vida, aquello que la colorea.
Las emociones son un reto intelectual ineludible para entender el proceso de envejecimiento, además de una oportunidad para la mejora de la atención, del cuidado y de la calidad de vida de las personas mayores y, por qué no, para entendernos un poco más también, a nosotros mismos.
Este trabajo pretende hablar de las emociones y de lo subjetivo. Y lo hace desde la investigación y la reflexión. Investigación que pretende comprender el papel que juegan las emociones en el envejecimiento, a través de las opiniones de los usuarios. Reflexión, a través del estudio de la literatura científica existente sobre emociones y envejecimiento desde un punto de vista interdisciplinar y multidimensional, queriendo abordar al menos un trocito de la complejidad y el reto que las emociones plantean.
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