Anselmo Arenillas Álvarez (1892-1979) fue arquitecto conservador jefe de la segunda zona de monumentos durante el franquismo, comprendida entonces por las provincias de Ávila, Salamanca, Palencia, Valladolid, Segovia, Soria, Burgos y Santander. Desarrolló una prolífica labor como tal en monumentos y conjuntos histórico artísticos muy emblemáticos para la historia del arte español, en los que intervino desde presupuestos restauradores, sobre todo historicistas, pero también conservadores. De entre sus numerosas intervenciones destacamos las restauraciones de las murallas de Madrigal de las Altas Torres en Ávila, el convento de las Dueñas en Salamanca, la reconstrucción de la iglesia de Santa Cecilia de Herrera de Valdecañas en Palencia, la iglesia de Santa María de Wamba en Valladolid, los monasterios de Santa María de Huerta en Soria y Santa María la Real de Nieva en Segovia, así como el palacio de los Condes de Miranda y las murallas de Peñaranda de Duero en Burgos junto a la colegiata de Santa Juliana en Santander.
Su labor restauradora se extendió también al Real Monasterio de El Escorial, de cuya conservación estuvo a cargo durante aproximadamente dos décadas.
Esta faceta de arquitecto conservador la desarrolló al mismo tiempo que la de profesor en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, dentro de la cual impartió clases para el título de Aparejadores.
Desarrolló, por tanto, una dilatada carrera, al igual que otros arquitectos de zona coetáneos a quienes se debe, en gran medida, la transformación y conservación del rico patrimonio arquitectónico español en las décadas centrales del siglo XX.
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