La educación en filosofía debería ser algo más que el acto de memorización de contenidos históricos: sería recomendable que transformase sustancialmente al estudiante. El estoicismo y otras escuelas helénicas, que entendían la filosofía como camino de vida, utilizaron el diario como un modo de autoconocimiento útil para esta metamorfosis. El diario promovía la confrontación de los sucesos cotidianos con principios rectores y esto facilitaba la progresión del sujeto hacia su autenticidad y el gobierno o regulación de sus emociones.
Este libro analiza el uso de esa herramienta dentro de las aulas de filosofía y, así, recupera horizontes olvidados dentro de los muros académicos. Contiene la reflexión crítica de algunos profesores y de una alumna que han implementado la técnica. Para lograr su pretensión, han partido de los resultados reales que el acto de escribir proyecta sobre la configuración filosófica de varias decenas de estudiantes.
págs. 9-20
págs. 21-76
págs. 77-96
págs. 97-124
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