José María Arenas Cabello, Pedro Brufao Curiel (pr.)
El antiguo Campo de Matrera constituye un espacio inmediato al río Guadalete, que se extiende entre la campiña de Utrera y el piedemonte de la Serranía de Grazalema, conformado por el hinterland del castillo del mismo nombre, situado en la llamada “banda morisca”. Un año después de su reconquista definitiva en 1341 por el rey Alfonso XI, el territorio quedaría adscrito por privilegio de donación a la ciudad de Sevilla. Sin embargo, ya en los prolegómenos de la Reconquista se convirtió en un espacio sumamente codiciado por los deseos de ampliación de los linajes nobiliarios circundantes, dando lugar a numerosos pleitos, el más prolongado con la Casa de Arcos. A través de la documentación de naturaleza judicial procedente de diversos archivos, en el presente libro se analiza el proceso de usurpación de los términos y el desarrollo de los pleitos, que tuvieron lugar, en una primera fase, ante el Consejo Real y, en una segunda, ante la Chancillería de Granada. Durante esta larga disputa judicial, de más de 120 años, el concejo hispalense estuvo a punto de recuperar la mayor parte del territorio arrebatado, pero la presentación ante los jueces de la Chancillería de un falso deslindamiento con los moros de la Serranía de Ronda, con el que pretendía extender sus derechos hasta el corazón de la Serranía de Villaluenga, fue descubierta por la parte contraria y dio un giro al desenlace dando al traste con sus aspiraciones.
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