La arqueología navarra, por lo general, no es esplendor de manifestaciones civiles y artísticas de interés mundial, como ocurre en Grecia y Roma; es más bien búsqueda de nuestros orígenes y conservación de la propia tradición en aquellos vestigios tangibles que documentan nuestro ethnos y el trabajo de nuestros padres. Es, por tanto, una unión con nuestro suelo, en el sentido más literal de la palabra, y una propia e íntima vida que sólo el que ha nacido o vivido largo tiempo entre nosotros es capaz de comprender. La Diputación Foral de Navarra, a través de sus Servicios de Excavaciones, ha mostrado un decidido interés por las investigaciones arqueológicas, encontrándose entre las primeras regiones españolas en la valoración de su patrimonio arqueológico. Se han excavado dólmenes, cuevas, yacimientos de la Edad del Hierro y romanos que van aclarando el panorama de la primitiva historia de Navarra. Sin embargo Pamplona, la capital de la provincia, considerada ya en época de Estrabón como la ciudad principal de los vascones no había sido objeto hasta el año 1956 de una excavación sistemática, reduciéndose el conocimiento de la ciuda romana a las escasas citas de los autores antiguos y a los hallazgos esporádicos que proporcionaban las reformas de algún edificio. La razón de esta ausencia de excavaciones ha sido sin duda el hecho de que en Pamplona existe una superposición de la ciudad medieval y moderna sobre la romana, siendo muy difícil encontrar un punto para efectuar un sondeo arqueológico. La posibilidad de una excavación nos la ofreció un pequeño solar en el Arcedianato de la Catedral, y en la primavera de 1956 pudimos comenzar nuestro trabajo, excavando a lo largo de siete meses, sin interrupción, doscientos metros cuadrados de terreno con una profundidad que no excedía en ningún punto de los cuatro metros. El valor que representaba para conocer el desenvolvimiento de la Pamplona antigua nos hizo extremar el rigor del método estratigráfico a fin de poder recoger todos los datos cronológicos y su relación con las edificaciones encontradas