Henri Breuil, Francisco Javier López Precioso (pr.), Juan Francisco Ruiz López (pr.)
La importancia del descubrimiento del Abrigo Grande de Minateda, hace ahora poco más de un siglo, quedó de manifiesto muy pronto por el interés despertado entre los investigadores más notables de las producciones gráficas prehistóricas en aquella época. Obermaier, Hernández-Pacheco y por encima de todos, Henri Breuil, se contaban entre los más distinguidos prehistoriadores no sólo de España sino a nivel internacional.
Todos ellos comprendieron rápidamente que aquel abrigo marcaba un antes y un después, y por eso se apresuraron a visitarlo. Aquel año de 1914 iba a cambiar significativamente la visión que se tenía del otro arte rupestre de la Península, el de los abrigos al aire libre del área oriental, y del que sólo se empezaba a atisbar la complejidad del fenómeno rupestre que se estaba descubriendo por entonces. No hay una fecha exacta del descubrimiento del Abrigo Grande de Minateda. Se cree que tuvo lugar en los primeros meses de 1914, en los que Federico Motos comunica a Breuil el hallazgo del mismo, y probablemente no antes de que se cerciorase en persona de su importancia.
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