Del ensayo a la nostalgia

Como el título sugiere, se mezclan en esta obra dos estilos: el ensayo y la prosa poética, que en unas ocasiones se diferencian nítidamente (de las tres partes en que se divide el libro, la segunda es de carácter eminentemente lírico, y la última, en cambio, trata decisivamente de lo que conocemos como ensayo), y en otras se entreveran inextricablemente, como cumple a esa clase de pensamiento que con tanta frecuencia nos asalta y en el que la razón y la emoción van, inevitablemente, de la mano, y pugnan la una con la otra y se quitan mutuamente la palabra. La primera parte de este libro responde fundamentalmente a esta última especie; las "reflexiones" en ella recogidas son un producto híbrido de lógica y variadas sensaciones, la primera, la lógica, con su afán de dotar de sentido al caos, las segundas, reclamando su derecho a aflorar por doquier, contribuyendo a mantener aquél, multiplicándolo. En ese sentido, emoción y razón son las dos caras de la misma moneda: la emoción se burla de las aspiraciones de la razón, y la compadece; la razón, por su parte, juzga críticamente a la emoción, pero la perdona.

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