El informe señala que los centros de FP son uno de los agentes de las infraestructuras de conocimiento que menos atención han atraído de los analistas y las políticas de innovación, a pesar de que resultan fundamentales para la competitividad de los territorios y para afrontar, en mejores condiciones, crisis como la que actualmente sacude a las economías occidentales. En el caso del País Vasco, que ha conseguido desarrollar un modelo de centros de FP singular, estos han empezado a abordar funciones no tradicionales, como la creación de empresas, la prestación de servicios técnicos a la pequeña empresa y el desarrollo local.
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