La calle Predicadores es la prolongación extramuros del decumanus maximus en la parte occidental de Caesaraugusta y debió de ser usada como vía funeraria. El hallazgo fue fruto de la excavación de varios solares contiguos. Un pequeño monumento, del tipo bustum con aedicula en bóveda, y su tubo libatorio, que comunicaba con la urna de cenizas, participan de una costumbre funeraria ligada a la costa mediterránea, en particular italiana y africana, que se adopta algo después en regiones orientales europeas, entre finales del siglo II y en el III, tiempo en el que se sitúa el hallazgo de Zaragoza. Razones hay para sugerir que este pequeño mausoleo fuera el núcleo aglutinante al que se fueron sumando otras inhumaciones en la misma época. Estas últimas presentaban una tipología similar entre sí y casi todas correspondían a hombres jóvenes. El volumen se completa con un amplio estudio antropológico.
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