Las personas con síndrome de Down cuando llegan a la edad adulta manifiestan un cambio en el repertorio de habilidades, e incluso una mayor incidencia del diagnóstico de demencia, siendo de 3 a 5 veces mayor que la de la población general. Todo ello se traduce en un aumento de atención sociosanitaria y en su vida diaria.
Este libro se centra en los procedimientos de evaluación para poder establecer un buen diagnóstico diferencial, entre síndrome de Down y demencia, u otras patologías. Además expone estrategias de intervención, desde el ámbito de terapia ocupacional, para dar respuesta a las necesidades de estas personas, y asegurar que esta vida más larga sea también más plena.
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