Las personas mayores utilizan con más frecuencia los servicios de salud, debido a la aparición de patologías asociadas a la edad, lo que conlleva un aumento del consumo de fármacos, respecto a los demás grupos poblacionales. La pertinencia del presente estudio, corresponde al hecho que que la prescripción de medicamentos para este colectivo, se realiza, en muchos casos, sin tener en cuenta la compresión del tratamiento por parte del anciano, llevando a cabo en la mayoría de los casos, un uso inadecuado de los mismos, con los consiguientes problemas de efectos secundarios adversos, costes económicos, interacciones farmacológicas, etc.
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