Francisco José Moreno Martín (coord.)
El artículo 47 de los estatutos de FET y JONS redactados en 1937 establecía que "El jefe nacional [...] supremo Caudillo del movimiento, personifica todos los valores y todos los honores del mismo como autor de la era histórica donde España adquiere las posibilidades de realizar su destino y con él los anhelos del movimiento; el jefe asume en su entera plenitud la más total autoridad. El jefe responde ante Dios y ante la Historia". Si el apoyo divino al régimen lo garantizaba la colaboración con la Iglesia católica, la armonía con el pasado de España tuvo que conseguirla con el trabajo voluntario y entusiasta de una legión de propagandistas, escritores, intelectuales y profesores universitarios que pusieron sus plumas e ideas al servicio del Caudillo. El resultado fue una deformación del relato sobre la Historia de España que se podía encontrar tanto en los libros de académicos y universitarios como en los manuales escolares. De esta manipulación es bien conocido el falseamiento que se hizo de los orígenes de la guerra civil, responsabilizando a los defensores de la República para poder presentarse a sí mismo como el salvador de España. Pero la reinvención del pasado fue mucho más lejos: todas las etapas fueron reescritas para crear un relato histórico que legitimara al dictador y lo convirtiera en una figura a la altura del Cid, Carlos V o Felipe II, y además se justificara la sublevación del 18 de julio de 1936 como un acto de lealtad a España. Las contribuciones reunidas en esta obra se detienen a analizar la tergiversación efectiva de momentos y acontecimientos muy concretos del pasado, ofreciendo al lector un recorrido crítico por parte de la historia contada por el franquismo, desde las civilizaciones prerromanas hasta la constitución del imperio de los Austrias.
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