Las emociones están de moda. La inteligencia emocional, la educación emocional, ocupan el interés de científicos, padres y maestros y, también de expertos en envejecimiento.
Desde hace algún tiempo, se han ido acumulando pruebas que resaltan la riqueza de las emociones a medida que envejecemos. Nuestra vida emocional se hace más compleja y llena de matices a medida que pasan los años. Lo sentimientos nos ayudan a adaptarnos a los cambios que nos va deparando la vida y también influyen sobre nuestra salud.
Los autores de esta Guía pensamos que estas cuestiones han de ser conocidas y, aún más, aprovechadas, por las personas que quieren sacar más partido a sus vidas a medida que envejecen. Esta guía se ha redactado para personas que quieren envejecer bien, aprovechar las oportunidades que surgen para mejorar su vida y aprender como hacerlo.
En primer lugar, nuestro esfuerzo se dirige a intentar transmitirles la importancia que las emociones tienen para su vida. Las emociones nos conectan con la vida, son señales de que “estamos en el mundo” y nos dan pistas para continuar por “el camino que elegimos”.
Si queremos envejecer bien, hay que saber aprovechar nuestras posibilidades y las oportunidades que nos ofrece el mundo en el que vivimos. Todo esto es más fácil si sabemos entender nuestras emociones y aprovechar las pistas que nos aportan para actuar en la dirección más adecuada para nosotros.
La guía que tiene en sus manos trata precisamente de explicar, de un modo claro y sencillo, la importancia de prestar atención a lo que sentimos para mantener e incluso mejorar la calidad de nuestra vida a medida que vamos cumpliendo años.
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