a ¡dea de vincular arte y crimen en un espacio de pensamiento y diálogo no nace de las sospechas de relación entre ambos mundos, sino de las evidencias, manifestadas éstas al menos en dos vertientes: la fascinación que al artista provoca el hecho criminal y !a conmoción que en el público produce la obra de arte inspirada en el crimen. La colección de ensayos Arte y Crimen surge pues de una interlocución necesaria y la desenvuelve en otra interlocución, recíproca entre los autores y compleja entre éstos y la expresión artística.
págs. 37-59
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