En cuanto a la plástica, Utrera ha estudiado con curiosidad a Velázquez, Rembrandt, Durero, Van der Hamen, Van Gogh, Sorolla, Rodin...Atiende a las vanguardias del siglo XX-Picasso, Modigliani, Kandinsky, Gris, Chirico- y a dos pintores que estima: Óscar Domínguez y Manolo Millares. Conoció a César Manrique, Perceval y Chillida y esos encuentros, como los mantenidos con Cristino de Vera, Juan Hidalgo, Szyszlo o Miura, salpican estas páginas junto con al videoarte (Viola, Paik, Vostell) y la anarquitectura (Matta Clark).
Cordel de Extraviados es el camino por el que Federico Utrera ha deambulado durante las dos últimas décadas con Juan Goytisolo, Arrabal, Valente o Houellebecq y con los albaceas de Juan Ramón, Lezama Lima, Ángel Vázquez o Reinaldo Arenas para profundizar en sus investigaciones litererias, que amplió entre otros a Cervantes, Fernando de Rojas, Galdós, Borges o Luciano Rubio. También recoge su contacto con amigos y editores de Cernuda, Octavio Paz, Topor o Gómez Arcos.
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