Tradicionalmente la prevención de riesgos laborales, independientemente de la modalidad organizativa implantada en cualquier empresa, ha estado más preocupada por problemas más inmediatos y acuciantes por su alarma social y/o consecuencias lesivas, que por aquellos que son sufridos por un pequeño colectivo de personas o que carecen de la sensibilidad adecuada. Estos han sido los motivos por los cuales la presencia de los riesgos ergonómicos y psicosociales está sufriendo una explosión, llegando a causar daños a un colectivo de personas mayor que el que se creía en un principio.
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