En esta obra se realiza un análisis de la ciudad de Alicante en las décadas centrales del siglo XIX, es decir, en aquéllas en las que se produce su tránsito de urbe preindustrial del Antiguo Régimen, cerrada, gremial y estamental a la ciudad moderna, abierta, de corte capitalista y burgués. Entre los aspectos estudiados podemos destacar: la incipiente industrialización, el inicio del derribo de las murallas, el diseño de planes y demarcación de líneas de fachada, la creación y mejora de la red viaria, la llegada del ferrocarril, el acondicionamiento del puerto, el programa de los equipamientos urbanos (abastecimiento de agua potable, alcantarillado, aceras y alumbrado entre otros), el desplazamiento del centro tradicional hacia los nuevos lugares habitados por la floreciente clase burguesa y los cambios en la población, sus actividades económicas y las distintas formas de propiedad urbana y rústica; aspectos todos ellos que permitieron la transición hacia el nuevo modelo de ciudad, marcado por su carácter de capital de provincia.
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