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La arquitectura de la gran ciudad

Imagen de portada del libro La arquitectura de la gran ciudad

Información General

  • Autores:
  • Editores: Barcelona : Editorial Gustavo Gili, S.L.
  • Año de publicación: 1999
  • País: España
  • Idioma: español
  • ISBN: 84-252-1798-9
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)

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Índice




  • Contenidos:
      

          

      La gran ciudad
       
      "Resultado de la situación económica es la existencia de un número tan elevado de grandes ciudades en comparación con las ciudades grandes del pasado, más esporádicas. Es más, existe la tendencia a extender la gran ciudad por todo el país, incluso por todo el conjunto del mundo civilizado." Frente al crecimiento incontrolado de las ciudades y la especulación, Hilberseimer exige una planificación coherente, un nuevo modelo de ciudad.


          

      Urbanismo
          
      Hilberseimer distingue dos formas de crecimiento de las ciudades en el pasado: por un lado, un desarrollo natural, y por otro, un trazado geométrico y artificial. Crítica las posiciones que interpretan el urbanismo como una cuestión formal, y en particular las teorías de Camilo Sitte, y también las grandes ciudades americanas en las que, si bien se sigue un riguroso esquema geométrico en planta, existe por contra un absoluto descontrol sobre las especificaciones de usos y la altura de los edificios. Hilberseimer otorga una especial importancia a la coexitencia funcional y a la proximidad entre vivienda y trabajo. Denuncia la construcción de ciudades satélite, exclusivamente formadas por edificios de vivienda, que provocan el traslado diario de inmensas muchedumbre y los consiguientes problemas de tráfico. "Tenemos que reconocer y eliminar todos los errores; la ciudad debe ser construida sistemáticamente, a partir de elementos, ordenándolos en un sentido completamente nuevo. Tiene que cumplir todas las exigencias urbanísticas básicas. Su trazado debe ser claro y lógico. Las viviendas, sanas y cómodas. Las manzanas abiertas y ventiladas. El ancho de las calles y patios, proporcionado a la altura de los edificios. El tráfico debe ser regulado, distribuido según los tipos de transporte, de modo que en cada nivel sólo circulen vehículos de un mismo tipo"- afirma Hilberseimer. Dos intentos teóricos para solucionar el caos son descritos al final del capítulo: la ciudad para tres millones de habitantes de Le Corbusier, presentada por primera vez en Urbanisme (París, 1925) y la Ciudad Vertical, diseñada por el propio autor.


       

      Edificios de vivienda
        
      "La vivienda tiene que posibilitar, mediante una mínima utilización del espacio, una vida cómoda, práctica, conforme a todas las necesidades. El tamaño y el número de habitaciones se determina a partir de las necesidades que se hayan de cubrir de manera imprescindible." Este capítulo recoge algunos de los experimentos más interesantes de vivienda mínima realizados por los primeros arquitectos modernos: J.J.P. Oud, Anton Brenner, Otto Haesler, Bruno Taut, Mies van der Rohe, M. Brinkmann, Le Corbusier, Walter Gropius y el propio Hilberseimer.


       

      Edificios comerciales
        
      "La centralización es una de las condiciones esenciales para la circulación en las grandes ciudades. La necesidad de tener que realizar muchas oficinas en un espacio reducido condujo a la City; la actividad comercial centralizada, la de la aparición de nuevos tipos de edificio: almacenes, edificios comerciales y oficinas. Estas construcciones requieren la mayor iluminación posible en los espacios de venta y trabajo, la posibilidad de poder cambiar constantemente su forma y dimensión, la posibilidad de una circulación sin trabas y un máximo aprovechamiento de la superficie construida". Hilberseimer analiza en la segunda parte del libro algunas de las nuevas tipologías de edificios de la gran ciudad, empezando por el edificio comercial. Estudia obras de Sullivan, Loos, Mendelsohn, Taut, Wright, Behrens, etc.


       

      Rascacielos
       
      "La concentración de la vida comercial, en constante aumento, condujo en América, de forma consecuente, al rascacielos. América ha creado, así, un tipo de edificio que, por lo audaz de su edificación, lleva en sí mismo el germen de una arquitectura nueva." Hilberseimer, pese a su admiración por los rascacielos, pone en cuestión algunas de las situaciones que se producen al introducir esta nueva tipología en el tejido existente de la ciudad y propugna la necesidad de construir con nuevos materiales: acero, hormigón armado y cristal.


       

      Construcción de naves y teatros
       
      Hilberseimer defiende la audacia técnica y la concepción espacial de la grandes salas como uno de los mejores ejemplos de la nueva arquitectura. A su vez, frente a las fachadas eclécticas con las que los arquitectos del siglo XIX intentan ocultar los amplios interiores industriales como el Grand Palais de París o el Royal Albert Hall de Londres, Hilberseimer aboga por una actitud coherente como la de Carl Tuchschererer. Auguste Perret o Henry van der Velde.


       

      Edificios para comunicaciones
       
      Estaciones, aeropuertos, garajes y puentes: la organización de las distintas circulaciones en estos amplios espacios, el tráfico y el transporte, son en sí mismos los objetivos que deben determinar el diseño formal de estos edificios. Hilberseimer describe en este capítulo proyectos de Neutra, Mart Stam, Heinrich Kosina y de él mismo.


       

      Edificios industriales
        
      "En los edificios industriales el nuevo concepto constructivo puede realizarse sin obstáculos (...) Se han tenido que construir edificios industriales y funcionales que carecían de todo tipo de modelo al que referirse respecto a modo, dimensión y construcción." Las obras de Behrens, Hanstings, Bernhardt, Garnier y la Fábrica Fiat en Lingotto, de Matheo Trocio, son los proyectos que más destaca el autor.


       

      Construcción artesanal y construcción industrial
       
      "No necesitamos catedrales, ni templos, ni palacios, sino viviendas, edificios comerciales y fábricas, que construimos, sin embargo, como si fuesen catedrales, templos o palacios. La tarea más importante para la arquitectura debe ser, aparte de la ordenación de la ciudad en sí la formalización de la vivienda, del edificio comercial y de la fábrica (...) la similitud de los uso permite una estandarización completa, y con ello, la industrialización de las obras."


        


Descripción principal

  • La arquitectura de la gran ciudad, publicado por primera vez en 1927, es un libro esencial del Movimiento Moderno. La presente edición, sin ser facsímil, trata de reproducir fielmente la tipografía, la compaginación y las ilustraciones originales.En los dos capítulos iniciales, dedicados a la gran ciudad y al urbanismo, Hilberseimer defiende un diseño urbano ajeno a referencias simbólicas y culturales, a fin de dar una respuesta objetiva a las condiciones socioeconómicas de su época y a los sistemas constructivos industrializados. Realiza una crítica de la ciudad tradicional y compara dos propuestas visionarias: la Ville Radieuse de Le Corbusier y su Ciudad Vertical. Si bien estos dos capítulos son los más conocidos, el libro también incluye otros dedicados a analizar las principales tipologías arquitectónicas de la ciudad: edificios de vivienda, edificios comerciales, rascacielos, edificios industriales, etc.

    Su valor como documento histórico es indiscutible y su capacidad crítica es sorprendentemente válida, pues el caos de muchas grandes ciudades no ha hecho más que incrementarse con los años. Paralelamente, la vigencia de sus propuestas puede analizarse hoy desde una perspectiva histórica.


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